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BITCOIN
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Criptocrisis

La inflación volvió, la Reserva Federal subió los tipos, quitó dinero de circulación en 2021 y pinchó las burbujas múltiples, también la de criptomonedas

José Carlos Díez
Un montaje de bitcoin y el logo de la plataforma FTX.
Un montaje de bitcoin y el logo de la plataforma FTX.Angel Garcia (Bloomberg)

Los humanos tardamos millones de años en ponernos de pie y hacernos sedentarios. Miles de años en fundir metales y crear monedas. Luego inventamos la imprenta e imprimimos el dinero. Ahora hemos desarrollado internet y la nube, y hay dinero digital. Las monedas digitales son ya una realidad y su tecnología de cadena de bloques supone un gran avance tecnológico. Los bancos centrales también empiezan a emitirlas y el fenómeno continuará creciendo en el futuro.

Pero, igual que las monedas convencionales, también hay crisis financieras en las cripto y las causas vuelven a ser las mismas. La principal, la hipótesis de inestabilidad financiera del economista Hyman Minsky. Los bancos centrales bajaron los tipos al 0% y compraron activos para multiplicar varias veces su balance. Evitaron una gran depresión en 2008 y otra en 2020, tras la pandemia y el confinamiento forzado. Pero se pasaron de frenada y consiguieron que volviera la inflación de bienes, con más fuerza de la deseable.

El dinero ni se crea, ni se destruye, se transforma. El sistema financiero tiene la capacidad de multiplicar el dinero inyectado por los bancos centrales, y eso provoca burbujas y depresiones. Desde 2020, los precios de las criptomonedas subieron con fuerza y se generaron expectativas burbujeantes. Lo mismo paso con los precios de las acciones tecnológicas, de las start up o de la vivienda en muchas ciudades del mundo.

La inflación volvió, la Reserva Federal subió los tipos, quitó dinero de circulación en 2021 y pinchó las burbujas múltiples, también la de criptomonedas. Ethereum, la cripto más usada y con un ecosistema mejor organizado, se ha desplomado desde niveles próximos a 5.000 dólares hace un año a 1.200 dólares esta semana. Un 75% de caída es similar al desplome de muchas empresas tecnológicas. Pero sigue diez veces por encima de sus niveles de 2019 antes de la pandemia y 100 veces por encima de sus niveles de 2016, cuando empiezan las series históricas.

¿Puede seguir cayendo? Nadie lo sabe. El error es pensar que esto es una crisis de unos cuantos visionarios que creen en un mundo alternativo. FXT, un intermedio cripto, acaba de declararse en concurso de acreedores y entre sus accionistas estaban Softbank, el mayor fondo tecnológico del mundo; Sequoya uno de los mayores private equity de Wall Street; y Temasek, el fondo soberano del gobierno de Singapur. Es mucho más peligroso para la estabilidad del sistema financiero el mesiánico de Elon Musk que los que especulan con criptomonedas.

El problema no son las divisas: el problema son los criptoactivos y los pasivos comprometidos. Cuando el precio del activo sube, las burbujas hipnotizan. Cuando caen, el golpe es proporcional a la altura alcanzada. Las perdidas agotan el capital y si nadie pone capital llega la crisis. En Medina del Campo, en el siglo XIII, al judío que no podía devolver sus depósitos le rompían su banca para que nadie le prestara más dinero. Hoy, en el mundo virtual, la vida sigue igual.

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