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La oposición ataca a António Costa por el corredor energético pactado con Francia y España

El Gobierno portugués confía en contar con financiación comunitaria para culminar una conexión con España para transportar gas e hidrógeno verde

El primer ministro portugués António Costa conversa con Pedro Sánchez y Emmanuel Macron, tras el anuncio del acuerdo sobre infraestructuras energéticas entre los tres países, en Bruselas.
El primer ministro portugués António Costa conversa con Pedro Sánchez y Emmanuel Macron, tras el anuncio del acuerdo sobre infraestructuras energéticas entre los tres países, en Bruselas.Horst Wagner (EFE)
Tereixa Constenla

El acuerdo sobre conexiones energéticas alcanzado a tres bandas entre Francia, España y Portugal no convence a la oposición portuguesa. El Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha) ha arremetido contra el pacto al considerar que perjudica los intereses portugueses. Lo hizo el sábado su vicepresidente y eurodiputado, Paulo Rangel: “Hemos cambiado el valor de nuestras renovables y el potencial del puerto de Sines por un plato de lentejas. Pasamos del caballo al burro”. Sus críticas fueron respaldadas el lunes por el líder del partido, Luís Montenegro: “El PSD no habría firmado este acuerdo en los términos en que se ha anunciado”. También el presidente de la formación de extrema derecha Chega y tercera fuerza parlamentaria, André Ventura, atacó el acuerdo. Ambos partidos quieren que el primer ministro, el socialista António Costa, comparezca en la Asamblea de la República para dar explicaciones sobre “un acuerdo, sin plazo y sin precio, que no sirve a los intereses europeos ni a los nacionales”, según Rangel.

Francia, España y Portugal pactaron el jueves de la semana pasada en Bruselas las nuevas infraestructuras energéticas que se desplegarán en la península Ibérica con el objetivo de conectarla con el resto de Europa. España abandonó el proyecto del Midcat, un gasoducto que atravesaba los Pirineos al que el presidente francés, Emanuel Macron, se oponía rotundamente, en favor de un tubo submarino que llevará la energía desde Barcelona a Marsella, bautizado como BarMar. Este proyecto permitió desbloquear el acuerdo tripartito. “¿En qué afecta esto a Portugal? En nada”, sostuvo el lunes el primer ministro luso.

Portugal, por su parte, logró el apoyo político para cerrar una conexión pendiente con España, que unirá Celorico da Beira con Zamora, y que tendrá un coste que rondará los 300 millones de euros. El Gobierno luso confía en que esta inversión se sustente con fondos comunitarios y se ejecutará con la idea de que permita transportar gas natural e hidrógeno verde en el futuro. La financiación, sin embargo, será un asunto que abordarán Emanuel Macron, Pedro Sánchez y António Costa el próximo 9 de diciembre en Alicante, así como los plazos de ejecución de los proyectos.

Costa se ha mostrado “perplejo” por las críticas del PSD a un acuerdo que, a su juicio, acaba con un “bloqueo histórico”. Una parte de los reproches de la oposición tiene que ver con las conexiones eléctricas pactadas entre los tres países, que se concentrarán en concluir una infraestructura a través del golfo de Vizcaya y en “nuevos proyectos” entre Francia y España que se deben “identificar, evaluar e implementar”. Se descartan dos conexiones defendidas antes que deberían cruzar por los Pirineos. En opinión de Rangel, con este compromiso “Portugal pierde en la electricidad y el gas frente a Francia y España”.

El primer ministro portugués aseguró que la renuncia a las conexiones pirineaicas se debe a problemas ambientales y que la nueva apuesta por un corredor verde, que permita el paso de energías renovables, es beneficiosa para el país. “Esta infraestructura deja de ser solamente para transportar el gas descargado en Sines [el gran puerto industrial luso] para pasar también a servir a la producción nacional”, señaló Costa.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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