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Lagarde avisa que está dispuesta a enfriar la economía con subidas de tipos de interés para frenar la inflación

La presidenta del BCE eleva el tono de nuevo después de que el alza de precios haya batido récords durante diez meses en la zona euro

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, en una reunión en Praga este mes.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, en una reunión en Praga este mes.DPA vía Europa Press (DPA vía Europa Press)
Lluís Pellicer

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, no se apartó del mensaje agresivo que su institución lanzó a los mercados hace solo dos semanas en Fráncfort. Con el traje de halcón, la jefa del Eurobanco situó de nuevo la galopante inflación, del 9,1%, como el primer enemigo de la zona euro al advertir de que está dispuesta a subir los tipos de interés hasta un nivel que incluso enfríe la economía pese a la amenaza de recesión. “Si existiera la evidencia de que una alta inflación podría desanclar las expectativas de inflación, entonces el tipo compatible con nuestra meta estaría en territorio restrictivo”, afirmó Lagarde.

El BCE apenas ha necesitado dos reuniones, una en julio y otra en septiembre, para llevar los tipos de interés del 0% al 1,75%. La última subida, de 0,75 puntos, fue la mayor realizada jamás por el Eurobanco. Los inversores dan por hecho otro aumento del precio del dinero en octubre. La cuestión es si lo hará en 0,50 puntos o de nuevo se dará un acelerón a esa senda que debe situar de nuevo la inflación a medio plazo en el 2%. Lagarde no dio pistas sobre la decisión del Consejo de Gobierno de octubre, pero sí dio pistas de hasta dónde está dispuesta a llegar. Y eso va más allá del terreno “neutral” que hasta ahora predicaba, es decir, aquel en el que los tipos no facilitan ni una expansión ni una contracción de la economía.

Si es necesario, la francesa ahora está dispuesta a llegar a unos tipos que incluso puedan enfriar la actividad. Y eso a pesar de que las previsiones del BCE prevén un estancamiento en el último trimestre de 2022 y el primero de 2023, con riesgos a la baja. Es decir, con Europa a las puertas de una recesión. “Si concluyéramos que los shocks de oferta en curso han reducido el potencial económico de manera duradera, tendríamos que asegurarnos de que la demanda se mantenga alineada con la oferta”, dijo la francesa en un discurso en Fráncfort.

La alemana Isabel Schnabel, miembro del Consejo Ejecutivo del BCE, ya apuntó esa posibilidad en el encuentro de banqueros centrales de Jackson Hole (Estados Unidos) el pasado mes de agosto, en un duro discurso en el que dijo que la autoridad monetaria comunitaria está dispuesta a sacrificar crecimiento económico y empleo para frenar la escalada de precios. Ahora, sin embargo, es la presidenta del BCE quien asume esa idea. “Estamos en el décimo mes consecutivo de tasas de inflación récord y es posible que esta racha continúe en el corto plazo”, justificó la francesa.

Lagarde expresó un temor que ya en julio fue debatido en el seno del consejo: en esta ocasión, tal vez ni una contracción de la economía será capaz de rebajar la inflación. “En algunos episodios de recesión, como los provocados por un empeoramiento de las condiciones de oferta, la inflación se ha mantenido o incluso aumentado”, avisó la jefa del BCE, que recordó el escenario adverso que han formulado sus economistas: una depresión en 2023 acompañada de una mayor inflación.

La presidenta del Eurobanco enumeró los dos factores que han provocado el alza de precios: la reapertura de la economía tras la pandemia y la invasión de Ucrania que, a su juicio, “agravó enormemente la escasez de oferta” e hizo que los precios de la energía escalaran a “niveles extraordinarios”, lo cual hace más complicado realizar proyecciones. “Los precios europeos del gas y la electricidad han subido un 105 % y un 75 %, respectivamente, desde los meses anteriores a la invasión, y alrededor de 650% y 450%, respectivamente, desde la primera mitad de 2021″, recordó Lagarde, quien añadió que esos incrementos están detrás del 30% de la tasa de inflación y de la extensión del alza de precios a toda la cesta de la compra. Sin embargo, agregó: “Cuando la inflación es alta y el crecimiento se ve limitado por una oferta inelástica, la política monetaria no puede seguir siendo expansiva y sumarse a las presiones inflacionarias impulsando al alza la demanda”.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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