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El Banco de España estima que la pensión se recortaría un 8,2% si el periodo de cálculo sube a 35 años

En el caso de que se desechen los seis peores años, el efecto medio sería nulo, pero favorecía más a las prestaciones bajas

Antonio Maqueda
Banco de España Pablo Hernandez de Cos
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.Cézaro De Luca (Europa Press)

Las negociaciones para la segunda parte de la reforma de las pensiones han comenzado. Una de las patas será la adecuación del periodo que se utiliza para calcular la prestación inicial. El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha afirmado que estos cambios tendrán un efecto neutro, en gran medida porque se compensará la ampliación de los años con la posibilidad de desechar años malos y porque se mejorará el sistema para cerrar lagunas de cotización en la carrera laboral. En medio de este debate, el Banco de España ha publicado algunas estimaciones sobre cómo afectaría este tipo de modificaciones al cálculo de la prestación inicial: subir el periodo desde los 25 años que se emplean en la actualidad hasta los 35 implicaría un recorte del 8,2% de la pensión inicial media.

En general, aumentar los años utilizados baja la pensión porque se usan momentos más alejados de la carrera laboral en los que se ganaba menos. La prestación inicial “tiende a minorar” tras una ampliación del periodo de cálculo, dice el organismo. Pero eso no quita que la casuística sea muy variada. Para un 25% de los pensionistas el cambio sería muy pequeño o incluso positivo: tendrían como máximo una reducción del 0,6%. Estos números se han elaborado a partir de una muestra de vidas laborales de la Seguridad Social en la que se han calculado cómo quedarían todas las pensiones en los distintos escenarios usando las jubilaciones de 2019. Lógicamente, los trabajadores que se jubilen después pueden presentar trayectorias laborales distintas, advierte el banco.

Curiosamente, la desigualdad entre los pensionistas descendería al tomar más años. Y esto se debe a que la evolución de los sueldos bajos es más plana y, por tanto, le afecta menos que se cojan años más antiguos. Los salarios bajos además se benefician de los complementos a mínimos, que garantizan una cantidad mínima y palían el impacto. Y también perjudicaría menos a aquellos que hayan tenido más de un año de inactividad o desempleo en los últimos quince años. En cambio, los sueldos más altos sufrirían más la reforma porque tienen una evolución mucho más creciente y, en consecuencia, que se remonten a ejercicios más lejanos supone tomar periodos con retribuciones menores. Con una salvedad muy importante: no estarían afectadas las prestaciones que están topadas porque superan la pensión máxima antes y después de elevar el periodo de cómputo. Estas seguirían cobrando lo mismo. Eso sí: el porcentaje de pensiones que deja de estar en la máxima descendería con la ampliación del 8% al 3%.

Una cosa distinta sería si se pudiesen desechar algunos años malos, tal y como apunta el ministro Escrivá. Si se escogen los 29 mejores años de los últimos 35, entonces el efecto que calcula el Banco de España sería neutro. La pensión saldría en media algo similar a tomar los últimos 25 años como se hace en la actualidad. O lo que es lo mismo: pudiendo descartar seis años no habría ajuste. Esos seis años son, en consecuencia, el umbral para que el sistema obtenga un ahorro adoptando esta medida.

Dicho esto, aunque en promedio el impacto sea neutro, escogiendo los mejores 29 de 35 resultaría, respecto a la situación con los 25 años actuales, en una mejora de aquellas prestaciones que están por debajo de la mediana y provocaría una caída para el 25% que percibe las prestaciones más altas. Es decir, favorecería algo a las pensiones bajas frente a las altas. Fuentes del Ministerio de Seguridad Social subrayan que este estudio demuestra que existen palancas con las que se puede jugar para proteger mejor las carreras laborales que sufran altibajos y lagunas. Y recuerdan que ese será el objetivo de la reforma que se está negociando con los agentes sociales. El ministro Escrivá ya ha declarado que en cualquier caso no se va subir el periodo de cómputo a los 35 años.

El cálculo que hace el banco es que por cada año que aumenta el periodo entre los 25 y los 35 se reduce la prestación un 0,9%. En euros la pensión media pasa de los 1.326 euros calculada con los 25 años a los 1.217 con 35. O sea: en promedio la pérdida sería de un poco más de 100 euros. Un 80% de las pensiones sería más baja, un 10% permanecería igual y otro 10% ingresaría un importe superior.

El periodo de cálculo ya se subió con la reforma de 2011 desde los 15 años hasta los 25 de la actualidad. Esa transición ha sido gradual entre 2013 y 2022, de forma que se ha ido aumentando en un ejercicio por cada año transcurrido. En 2022 es justo cuando han entrado en vigor los 25 años, los cuales han supuesto frente a los 15 años un recorte de la pensión media del 5%, según las cifras que maneja el banco.

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Sobre la firma

Antonio Maqueda
Periodista de la sección de Economía. Graduado en Periodismo en la Universidad de Navarra y máster por la Universidad de Cardiff, ha trabajado en medios como Cádiz Información, New Statesman, The Independent, elEconomista y Vozpópuli.

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