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El Banco de España rechaza las cláusulas salariales porque perjudican “la competitividad”

Hernández de Cos alerta de que una equiparación total produciría efectos de segunda ronda y que sindicatos y empresarios han de asumir pérdidas “en el corto plazo”

Gorka R. Pérez
Hernandez de Cos Pacto Rentas
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, el pasado 8 de abril.Carlos Luján (Europa Press)

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha vuelto a advertir a los agentes sociales de la urgencia de que acuerden un pacto de rentas que permita afrontar la inflación, aunque se ha mostrado contrario a que este contemple la subida de los salarios de acuerdo con el Índice de Precios de Consumo (IPC), y ha alertado de los efectos que esta decisión desencadenaría. “La elevación simultánea de los niveles de precios y salarios en el contexto actual conllevaría una pérdida de competitividad exterior frente a los países con los que compartimos moneda”, ha declarado el máximo responsable del organismo supervisor, durante su intervención en un acto celebrado este martes en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Sevilla.

No es que desde el Banco de España se esté en contra de que trabajadores y empresarios acuerden una hoja de ruta que regule la negociación colectiva los próximos años, pero sí de que esta no desemboque en una recuperación del poder adquisitivo acorde con la inflación, como reclaman los sindicatos (y rechazan frontalmente las patronales). “Los costes deben repartirse entre todos los agentes implicados”, ha señalado Hernández de Cos, aunque asumiendo por parte de todos ellos la imposibilidad de equiparar la curva del crecimiento de los precios con la de las remuneraciones en un futuro inmediato. “En el contexto actual, de fuerte repunte de los precios de la energía y de algunas otras materias primas, resulta primordial evitar la aparición de efectos de segunda vuelta de la inflación, en particular a través de una espiral de precios y salarios. Evitar esta realimentación no es fácil ni, sobre todo, gratificante a corto plazo. Exige acordar un pacto de rentas entre trabajadores y empresarios en el que todos acabarán ganando a medio plazo, pero en el que todos han de asumir una pérdida a corto plazo”, ha indicado el gobernador.

Sindicatos y patronales han llegado a un punto muerto dentro de la renovación del Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), caduco desde 2020, y base fundamental del pacto de rentas que ha promovido el Gobierno. Las cláusulas de revisión anual son una línea roja para las centrales, que los empresarios no están dispuestos a aceptar, y una demanda que para el Banco de España resultaría ineficaz en el largo plazo. “Sería deseable que se evitaran fórmulas de indiciación automática de los salarios a la inflación pasada o de cláusulas de salvaguardia”, ha asegurado Hernández de Cos, puesto que el objetivo de este acuerdo debe ser el de “reducir el riesgo de que se desencadene una realimentación entre los incrementos de los salarios y los de los precios”. Del mismo modo, Hernández de Cos se ha posicionado en contra del “uso generalizado de cláusulas de indexación automáticas en las partidas de gasto público”.

En cuanto a cómo se está resolviendo la negociación colectiva sin el colchón del pacto de rentas, Hernández de Cos ha defendido que el reparto de los costes entre empresas y trabajadores “se estaría produciendo ya de una forma tácita”, y, apelando a los resultados de Encuesta del Banco de España sobre la actividad empresarial (EBAE) del primer trimestre de 2022, ha defendido que los efectos de la inflación no están siendo trasladados a los precios por parte de las compañías. “Cerca del 82% de las empresas experimentaron en ese período un aumento en sus costes como consecuencia del encarecimiento de sus consumos intermedios, mientras que solamente algo más del 40% aumentaron el precio de venta de sus productos”, ha recordado.

Medidas particulares

Apelando a las diferencias de productividad y actividad que existen entre empresas y sectores, Hernández de Cos se ha postulado también a favor de un catálogo de medidas de confrontación de la inflación más selectivo que generalizado. “Un eventual pacto de rentas debe evitar adoptar medidas de aplicación excesivamente general, que resultarían demasiado rígidas para algunos segmentos de agentes”, ha sugerido.

A pesar de mostrarse en contra de la bandera enarbolada por los sindicatos, el máximo responsable del organismo supervisor también ha marcado cuál debería ser el comportamiento de las empresas durante el próximo ciclo, para que este pacto surta el efecto deseado. “Estas directrices sobre la evolución salarial deberían acompañarse de compromisos explícitos de moderación de los márgenes empresariales. Habría que articular algún mecanismo para que esta moderación de márgenes sea verificable”, ha incidido.

Consciente del estancamiento en las conversaciones del AENC, el Banco de España se ha sumado al coro de voces que recomiendan que la variable a tener en cuenta a la hora de fijar una eventual senda alcista de los sueldos sea la de la inflación subyacente, que excluye las alteraciones de la energía y de los alimentos sin elaborar, y es, por tanto, menos volátil. “De nuestra capacidad para alcanzar estos compromisos difíciles dependerá, en gran medida, la evolución de nuestra economía en los próximos años”, ha concluido.

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Sobre la firma

Gorka R. Pérez
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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