Air Europa lanza un órdago a IAG y defiende su viabilidad como aerolínea independiente

Órdago a la grande de Air Europa, que cree que su integración en IAG —el grupo liderado por British Airways e Iberia— no es su única opción de futuro. Fuentes cercanas a la familia Hidalgo, accionista mayoritaria de la aerolínea, defienden en declaraciones a EL PAÍS que cumplirán “al 100% y en plazo sus compromisos financieros”, en referencia al préstamo del Gobierno español —de 475 millones y canalizado a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI)— que ha permitido su supervivencia. “En este momento ingresamos más de lo que gastamos. Somos una compañía moderna, vamos a seguir creciendo con nuevas frecuencias y tenemos un plan de crecimiento para no despedir a nadie, garantizando la permanencia y la estabilidad laboral”, apuntan.

Estas fuentes van incluso un paso más allá, al dar por zanjadas las conversaciones para su absorción por parte del grupo hispanobritánico desde el mismo momento en que Iberia abonó 75 millones de euros como penalización por la anulación —en diciembre pasado— del trato alcanzado a finales de 2019, poco antes de que la covid-19 pusiese patas arriba la economía mundial y, muy particularmente, el sector aéreo. “Ellos han pagado esa cantidad y eso significa que han dado por rotas las conversaciones”, subrayan al tiempo que catalogan a IAG de “compañía no europea”, algo que, alegan, complicaría el trato. Según ese acuerdo inicial, el grupo presidido por Luis Gallego abonaría 1.000 millones por hacerse con el control de su principal competidor en las rutas entre España y América Latina. Tras el frenazo en seco por la pandemia, se acordó bajar a 500 millones el acuerdo mientras Bruselas examinaba la operación y ponía pegas a los compromisos adquiridos por las dos empresas para garantizar su integración.

A mediados de diciembre, IAG comunicó al regulador bursátil español que Iberia y Air Europa se daban de plazo hasta el 31 de enero para tratar de reencauzar la operación, explorando “otras estructuras”. Ahora, fuentes de Iberia consultadas por este diario niegan la mayor y subrayan que la negociación sigue su curso.

En la misma línea de lo expresado a EL PAÍS, el presidente de Globalia y Air Europa, Juan José Hidalgo, había enfatizado este martes en sendas declaraciones a la agencia Efe y a ABC que estaba “preparado para sacar adelante Air Europa sin nadie, en solitario” y prácticamente descartaba que se fuera a alcanzar un acuerdo con Iberia. “La compañía tiene vida propia, los compromisos de pago no son hasta 2026 y hasta entonces lo único que tenemos que abonar son los intereses. Si ahora hay una negociación, con quien sea, partiría de cero, pero no estoy preparándome para negociaciones con nadie, sino para tirar de la compañía”. Con algo más de la mitad del capital de Globalia —el grupo que controla la totalidad de las acciones de la línea aérea—, Hidalgo ha recordado que será él quien tenga “la última palabra”.

Conversaciones tripartitas

El órdago de Air Europa llega en un momento crítico para el futuro de la aerolínea española: justo cuando parecía que iban a echar andar unas conversaciones tripartitas con el Gobierno e IAG para tratar de alcanzar una solución aceptable para todos los actores implicados. En ese acuerdo, la primera lograría garantizar su viabilidad, reenfocada en las rutas asiáticas y no tanto en las latinoamericanas; el segundo capitalizaría los préstamos y entraría en el capital con una participación de hasta el 40%; y el tercero lograría su objetivo de hacerse con el control y la gestión, quedando —por la mínima— como primer accionista. A tenor de lo deslizado por la familia Hidalgo esa jugada a tres bandas parece hoy lejana, pero si por algo se caracteriza esta operación es por los innumerables giros de guion cuando la suerte parecía estar echada.