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Maquinaria para cimentar la recuperación

GAM ha diseñado un plan estratégico con el que quiere impulsar sus ventas hasta los 400 millones de euros en 2025

Pedro Luis Fernández, presidente y consejero delegado de GAM, en el hotel Hospes en Madrid.
Pedro Luis Fernández, presidente y consejero delegado de GAM, en el hotel Hospes en Madrid.KIKE PARA

La empresa asturiana de alquiler de maquinaria GAM anda inmersa en un ambicioso plan hasta 2025 para ser menos dependiente de la marcha del sector constructor y con el que pretende alcanzar unas ventas de 400 millones de euros, frente a los 133,6 millones con los que terminó 2020, año en el que su beneficio alcanzó 1,1 millones de euros.

Los conceptos de moda como reinvención y disruptivo aparecen en una compañía que nació en 2003 y que actualmente cuenta con 18.000 máquinas —carretillas, drones, fregadoras, grúas, triciclos eléctricos, grupos electrógenos, tractores de arrastre, etcétera— en alquiler, tanto en España, Portugal y Marruecos, que constituyen el núcleo duro del negocio, como en Latinoamérica —con Chile, Perú y México como principales mercados en esta región—.

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Pedro Luis Fernández, presidente y consejero delegado de GAM, se muestra muy optimista sobre el futuro de la compañía, tanto por la entrada en nuevos negocios como por el momento de crecimiento económico, impulsado por el aumento del gasto de los Estados para mitigar los efectos de la covid-19. “Esperamos un segundo semestre muy bueno. Los únicos problemas que apreciamos son de falta de suministro porque hay retrasos en los procesos de fabricación, lo que nos obliga a ser muy flexibles con nuestros clientes”. Y añade: “Esperamos tasas de crecimiento cercanas al 10% para los dos próximos años. Gran parte del crecimiento vendrá por compras de otras compañías. A mediados de julio adquirimos Recamasa por siete millones para reforzar nuestra posición en el mercado de carretillas en el centro de España”, explica.

Y las compras continuarán en un sector que en España está muy atomizado. Están a punto de cerrar una adquisición en Portugal, y su foco de inversión para los próximos años se encuentra tanto en el país vecino como en España y Marruecos. La compañía opera en 10 países y cuenta con 75 delegaciones con cerca de 1.200 empleados. La división de Latinoamérica representa el 30% del ebitda —23 millones en 2020— y el 35% de las ventas. Aunque ahora han aparecido dificultades e inestabilidad política en estos países. “Hay que tener paciencia, saber adaptarte a los ciclos y generar valor para el cliente. Estos mercados nos resultan muy interesantes porque se puede jugar con la edad de las máquinas después de pasar ciclos de alquiler en otros mercados”, explica Fernández.

Otro de los pilares económicos de la compañía en su plan estratégico para 2025 es una nueva estructura financiera que, como indica su presidente y fundador, “nos permita no preocuparnos hasta ese año de nuestras finanzas”. La deuda al cierre del pasado año alcanzaba los 108,6 millones de euros. Una deuda que se veía mitigada con dos ampliaciones de capital; una en 2019 por importe de 29,8 millones de euros y otra en 2020 por 31,5 millones de euros. Ampliaciones a las que acudieron sus principales accionistas. A estos desdobles de capital se ha sumado una emisión de bonos en el mercado alternativo de renta fija de BME (Marf). “Hemos logrado desbancarizarnos un poco con un 30% de nuestra deuda en mercados alternativos, algo muy positivo para aprovechar el momento de recuperación”.

Los objetivos de la compañía para los próximos años son que el 50% de sus máquinas estén alquiladas a un plazo de al menos 24 meses (actualmente es el 30%) para dar más estabilidad al negocio y, además, que la mitad de sus ingresos no impliquen inversión en nueva maquinaria, reduciendo así su inmovilizado fijo.

“Estamos diversificando hacia la distribución, a la venta de equipos y al mantenimiento de la maquinaria de nuestros clientes, debido a las buenas relaciones que tenemos con los fabricantes. Se trata no solo de alquilar la máquina, sino además, de gestionar la misma y actualizarla con las novedades que se vayan produciendo. Esto a la larga nos permite fidelizar más al cliente”, explica su presidente.

“Refabricación”

Una de las iniciativas que más interés han despertado es la apertura de una planta en enero de 2022 de “refabricación” cuyo destino aún no se ha desvelado y que se ubicará en una provincia de la llamada España vacía, aprovechando una instalación fabril abandonada. Se trata de comprar máquinas (GAM no fabrica ninguna de las que alquila o vende), usarlas y luego “refabricarlas” para que vuelvan a usarse. Una práctica habitual en la industria de la aviación y naviera que a GAM le permite, actualizando esos activos, no invertir en nuevos productos, sacando beneficio de los productos reutilizados.

El otro gran proyecto, bautizado como Inquieto comenzó en septiembre del pasado año y cuenta ya con 1.400 medios de transporte entre bicicletas, triciclos y pequeños camiones (al estilo de los antiguos motocarros) impulsados todos por energía eléctrica y con una autonomía de 100 kilómetros. El consejero delegado lo explica: “Queremos proveer de máquinas a los repartidores de última milla, tanto de paquetes como de comida, etcétera. Se trata de adecuar el transporte a las verdaderas necesidades, porque actualmente se están utilizando furgonetas o camiones grandes que no son necesarios. Nuestras máquinas son de cero emisiones y de reducido tamaño para no ocupar la ciudad”. Y añade: “Los triciclos y bicicletas de reparto los adquirimos a productores españoles, y para vehículos de cuatro ruedas contamos con la marca Tropos de Estados Unidos —aunque de fabricación alemana— y con la noruega Paxter”, concluye.

El ‘efecto Riberas’

Cuenta el ovetense Pedro Luis Fernández (55 años) que con 19 años comenzó su negocio de alquiler de maquinaria con la compra de una carretilla elevadora de esas que se mueven por los almacenes. En 2003 fundó la compañía y en 2006 salió a Bolsa, pero tres años después la crisis de la construcción supuso un duro varapalo en su crecimiento y expectativas. Tras una marcha anodina por la crisis de la construcción, hace tres años la compañía recibía un revulsivo con uno de los reyes de la siderurgia española, Francisco Riberas (actual presidente ejecutivo de la multinacional del automóvil Gestamp), entrando en el capital de GAM. Francisco Riberas y su familia son ahora los accionistas mayoritarios con el 58,2% del capital de la firma de alquiler de maquinaria que han acudido raudos a las recientes ampliaciones de capital de 2019 y 2020.

Su fundador y presidente, Pedro Luis Fernández, cuenta con un 6% de las acciones de GAM y dice que se siente más empresario que accionista. “Inviertes en tu proyecto y tienes que jugarte tu dinero… adquieres un compromiso con tu propio patrimonio. Siempre que me ha llegado algún inversor a la compañía y me ha dicho que cuánto tendría que invertir, siempre le he respondido que invierta hasta que le duela”, concluye.

 

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