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La Axarquía malagueña es el epicentro de la fruta tropical

Trops es el mayor productor nacional de aguacates y mangos, con más de 3.000 agricultores de España y Portugal

Trabajadores en las instalaciones de Trops situadas en la comarca de la Axarquía.
Trabajadores en las instalaciones de Trops situadas en la comarca de la Axarquía.Garcia-Santos (El Pais)

La probabilidad de que el próximo mango o aguacate nacional que compre en su mercado, supermercado o frutería de confianza haya sido cultivado por Trops es muy alta. Esta organización maneja el 55% de la producción de mango en España y el 40% del aguacate, dos de los cultivos al aire libre más rentables. La firma de productores nació en Málaga en 1979 de la mano de cinco agricultores y hoy son ya 3.015 de siete provincias españolas y el Algarve portugués. En la última década han multiplicado por seis su facturación, hasta llegar a 137 millones de euros y un beneficio que ronda el medio millón de euros. La pandemia ha pasado de largo por esta compañía, que prevé alcanzar los 150 millones de facturación en 2022. Da trabajo a 470 personas, casi todas fijas, pero en temporada alta la cifra asciende hasta 800. La plantilla incluye a ingenieros agrónomos, biólogos y economistas.

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Las cuatro décadas de historia de Trops están marcadas por el crecimiento constante. Agricultores de Málaga y Granada han formado siempre el grueso de sus asociados, pero se han ido sumando otros de distintas provincias: Valencia, Alicante, Almería, Cádiz y Huelva, además del sur de Portugal. Los más de 3.000 agricultores agrupados suman 6.000 hectáreas y la previsión es seguir aumentando esa superficie entre el 5% y el 10% anual. Todos ellos confían su producción completa a la firma, incluso sin saber el precio al que se venderá su producto. Su acto de fe se basa en la transparencia que reciben y la confianza que otorga que la cosecha esté vendida prácticamente antes de ser recogida, según explica Enrique Colilles, director general de Trops. “Somos la empresa del agricultor y, quitando el precio del coste, todo lo demás es para ellos”, asegura y, de hecho, el beneficio se reinvierte. El responsable subraya que el gran volumen de producción ayuda a obtener mejores precios y a eliminar intermediarios, y, además, la actividad mantiene con buena salud al entorno rural. En la malagueña comarca de la Axarquía, su corazón, genera casi pleno empleo en buena parte de sus 31 municipios.

En el interior de su sede principal, en Vélez-Málaga, todo parece transcurrir con calma. Un puente sobre un pequeño lago da acceso a unas instalaciones repletas de oficinas. Pero hay una puerta que conduce a otro mundo, a una enorme nave con un laberinto infinito de cintas transportadoras que clasifican automáticamente las 10.000 toneladas de mango y las 20.000 toneladas de aguacate de la última cosecha. El toque final lo ponen decenas de manos que se mueven ágilmente para colocar cada pieza en su lugar en función del calibre.

El 80% de la producción se exporta, sobre todo a Europa, con los países del norte como principal destino. La cercanía es la ventaja competitiva frente a los países latinoamericanos, pues permite que la fruta llegue en mejores condiciones. Eso sí, de Perú y Chile proceden los aguacates que completan la cosecha nacional —que va de octubre a mayo— para disponer de producto todo el año. Mangos solo hay de agosto a noviembre: el transporte desde el otro lado del Atlántico requiere mucho tiempo y obliga a recolectar el fruto verde, sin azúcar, y sin apenas sabor.

La inmensa mayoría de países a los que Trops exporta consumen más aguacate que España, de ahí que la entidad haya puesto el ojo en el mercado nacional, con gran margen de crecimiento. Baste un ejemplo: los españoles toman 1,4 kilos de aguacate al año, cuando en los países nórdicos superan los tres kilos sin cultivarlo. “Lo compran aquí”, dice Colilles, quien subraya que su principal competencia son los alimentos ultraprocesados: “Le echas azúcar o sal a cualquier cosa y está rico. La fruta tiene que luchar contra eso”.

La empresa dispone desde 2005 de una línea de productos de cuarta gama con el nombre Frudel, con el que comercializan desde guacamole a gazpacho de aguacate. Entran y salen de grandes superficies como Alcampo, Carrefour, El Corte Inglés o Aldi. También se venden bajo marca blanca en el canal Horeca.

Tecnología

La relación de Trops con sus agricultores va más allá de la adquisición de las cosechas. Su equipo ha desarrollado tecnología que le permite conocer a fondo la situación de cada parcela. Cada año, en diciembre, analizan la situación de los árboles de mango para saber cómo será la siguiente cosecha. Si detectan que las plantas tienen déficit de algún nutriente, abonan la tierra para que lleguen a la floración, en mayo, en condiciones óptimas. También realizan planes de riego y poda, e, incluso, pueden conocer en qué condiciones se encuentran los frutos durante su maduración, cuándo hay que recogerlos o en qué plazos. Igualmente, aconsejan sobre las variedades que mejor funcionan en el mercado: Hass, en el caso del aguacate; Osteen, en el del mango.

Trops también desarrolla proyectos a futuro, como el que han experimentado recientemente junto a Vodafone basado en la inteligencia artificial y el 5G para que un robot pueda detectar el momento óptimo de la recogida de cada fruto. “Imagina que un día unas gafas te digan qué aguacates o mangos están perfectos para cosecharlos, se perdería muy poco. Pues en esas estamos”, explica Colilles. De momento, los agricultores siguen más pendientes del cielo que de la tecnología, porque la escasez de agua sigue siendo su mayor problema. Es el principal inconveniente de un sector que no para de dar alegrías.

Longan y guayaba

El aguacate y la chirimoya fueron los primeros cultivos subtropicales que llegaron a España. Hay presencia testimonial previa, pero se expandieron comercialmente en los años sesenta y setenta, sobre todo por Málaga y Granada. En esos años el mango ya se cultivaba en Canarias y en los ochenta dio el salto a la Península. En el Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea La Mayora —dependiente del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad de Málaga (UMA) y ubicado en Algarrobo, un pequeño pueblo malagueño— investigan para que, además de optimizar la producción en aguacate, mango y chirimoyo, el cultivo se diversifique hacia otras frutas ricas y saludables como la lúcuma, la pitaya, el litchi, la carambola, el longan o la guayaba. En sus invernaderos desarrollan cultivos experimentales y variedades que resistan mejor la sequía o las plagas. “España podría aprovechar la demanda que tienen estos frutos en Europa para generar riqueza al ser prácticamente los únicos productores comerciales en el continente europeo”, apunta Iñaki Hormaza, responsable de Fruticultura Subtropical de La Mayora.


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