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La gran banca de inversión pierde más de 8.500 millones por el escándalo del fondo Archegos

Algunas de las mayores entidades del mundo, lideradas por Credit Suisse y Nomura, sufren fuertes pérdidas tras el fiasco del ‘family office’ estadounidense

Ignacio Fariza
Una oficina de Credit Suisse, en una imagen de archivo.
Una oficina de Credit Suisse, en una imagen de archivo.

Lo que empezó siendo la extraña evaporación de una de las grandes fortunas del mundo, la amasada por el inversor surcoreano residente en Nueva York Bill Hwang, ha acabado por convertirse en un enorme sumidero de dinero para la banca de inversión de medio mundo, que respaldaba sus inversiones a través de derivados financieros. Un bache sobrevenido en plena crisis económica y que está lastrando en gran medida las cuentas de resultados de algunas de las principales entidades europeas y estadounidenses en el primer semestre de 2021.

El quebranto total asciende, según el conteo —siempre provisional—, a algo más de 10.300 millones de dólares (8.500 millones de euros), el equivalente a las pérdidas contabilizadas por el mayor banco español, el Santander, en un 2020 marcado de principio a fin por la pandemia y que fue el peor ejercicio de su historia.

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Credit Suisse, de largo la entidad más damnificada por el caso Archegos, fue la primera en dar la voz de alarma sobre el agujero en su cuenta de resultados, con una pérdida estimada de 5.300 millones de dólares (4.700 en el primer trimestre y 600 millones en el segundo). Tras el consecuente tijeretazo sobre el dividendo, la entidad ha perdido la quinta parte de su valor en Bolsa. Una semana después, el gigante estadounidense Morgan Stanley destapó una pérdida ligeramente superior a los 900 millones de dólares (750 millones de euros) provocada por el hundimiento de la firma de Hwang, íntegramente contabilizada en el primer trimestre del año en curso.

Este martes se han sumado otros dos nombres de peso, Nomura —el mayor conglomerado financiero japonés por activos, cuyas acciones también se han dejado cerca del 20% de su valor desde que estalló el caso— y el suizo UBS. En el primer caso, las pérdidas estimadas rondarán los 2.300 millones de dólares (1.900 millones de euros) en el primer trimestre y los 600 millones de dólares (casi 500 millones de euros) en el segundo. Todo, claro, si la liquidación forzosa del family office estadounidense —una firma cuyo objetivo único es gestionar una fortuna y que, por tanto, no necesita registrarse ante el regulador— tras varias apuestas fallidas no depara nuevos contratiempos. En el caso de la firma helvética, las pérdidas reconocidas totales rondan los 900 millones de dólares (745 millones de euros) en la primera mitad del año: 800 entre enero y marzo, y otros 100 entre abril y junio.

A ese conteo hay que agregar otros 300 millones de dólares (250 millones de euros) de pérdidas del Mitsubishi UFJ Financial Group y 100 millones de dólares (83 millones de euros) más del japonés Mizuho, según las estimaciones de Bloomberg Intelligence, mientras que en Goldman Sachs las pérdidas derivadas del fiasco son “inmateriales”, tras salirse a tiempo y retirar el colateral a Hwang.

A juicio de los analistas de Bloomberg Intelligence Aison Williams y Neil Sipes, el caso Archegos constituye un importante toque de atención tanto para los bancos, sobre todo en sus actividades de intermediación, como para los reguladores, que tendrán que afinar su lupa para evitar nuevas sorpresas de este tipo. En los casos de Credit Suisse y UBS, además, Williams y Sipes creen que la cifra final podría seguir escalando.

La paradoja, sin embargo, reside en que, a pesar de esta pesada losa, la mayoría de bancos de inversión del mundo están presentando mejores resultados financieros de lo previsto por los analistas al calor de una recuperación de los mercados también más rápida de lo proyectado en lo más hondo de la crisis de la covid-19.

Sin referencias directas de los afectados

“Lo que no se nombra no existe”, escribió el crítico filósofo y ensayista George Steiner. Los ejecutivos de Nomura y UBS, los últimos en poner números al agujero del family office, parecen haberse tomado al pie de la letra esa máxima y han optado por evitado pronunciar cualquiera de los dos nombres malditos del caso: Archegos Capital Management o Bill Hwang.

La dirección de la entidad japonesa ha preferido este martes referirse a “un cliente de Estados Unidos” como responsable de las pérdidas, que han golpeado el resultado trimestral del banco. En paralelo, la cúpula de la firma con sede en Zúrich se ha limitado a prometer que tomará “las medidas apropiadas para evitar situaciones de este tipo en el futuro”. Ni palabra de un elefante en la habitación que, sin embargo, es demasiado grande como para conjurarlo simplemente tratando de no poner nombre y apellidos al responsable de un fiasco que está haciendo estragos en sus cuentas.

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Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

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