La subida de impuestos de Biden golpea al bitcoin

El mito de la invulnerabilidad del bitcoin se agrieta. La criptomoneda ha convivido con la crisis pandémica como si habitara un universo paralelo, sin apenas sentir las turbulencias que han zarandeado a los mercados bursátiles, pero esa resistencia se ha tambaleado en los últimos días: su valor cae en torno a un 20% desde los máximos de la semana pasada, cuando el estreno en Bolsa de la plataforma Coinbase, la primera incursión en Wall Street de una empresa del sector, hacía pensar a sus inversores en nuevas jornadas de vino y rosas.

El jarro de agua fría ganó proporciones este viernes, con una caída cercana al 10%, y ha llegado por una acumulación de malas noticias. El presidente de EE UU, Joe Biden, ha anunciado una ambiciosa reforma fiscal que gravará con más fuerza las ganancias del capital, lo que podría reducir los márgenes de los dueños de bitcoins. Además, un fraude masivo en Turquía puede hacer perder sus ahorros a 390.000 inversores de criptomonedas. El banco central de ese mismo país ha prohibido su uso para comprar y la India ha ido más allá al plantear su prohibición total y sanciones para los que posean estos activos digitales. Esa tormenta perfecta ha hundido la cotización del bitcoin hasta el entorno de los 50.000 dólares desde los máximos de 64.870 dólares, encadenando siete jornadas de caídas en las últimas ocho sesiones, su peor semana en dos meses.

Entre los inversores de criptomonedas hay quien resta importancia al retroceso y lo considera un correctivo normal por agotamiento tras meses de subidas, y aventuran que el ciclo alcista no ha terminado. Pese al varapalo, el bitcoin acumula una subida cercana al 70% en lo que va de año y de más del 500% en los últimos doce meses, unos registros que firmaría cualquier inversor y que los índices de acciones están lejos de ofrecer. Sin embargo, la extrema volatilidad, apuntalada por multimillonarios como el fundador de Tesla, Elon Musk, uno de sus más fervientes partidarios, tan pronto sitúa a sus poseedores en un estado de euforia como despierta los temores a un pinchazo de lo que muchos ven como una burbuja destinada a explotar.

“Ahorrar en bitcoins es como ganar la lotería a cámara lenta”, dice un dicho que circula entre sus defensores. Para los últimos en llegar, por ahora, es un doloroso agujero en su cartera, aunque observar la evolución de la divisa a corto plazo puede resultar engañoso dados los bandazos.

El plan de Biden quiere doblar la factura fiscal a los que ganen más de un millón de euros en los mercados, que deberán abonar hasta un 39,6% de los beneficios. Y parece haber sido el detonante de la precipitada salida de inversores. El líder demócrata ya dejó caer a comienzos de mes que no le temblaría el pulso al tomar medidas que pudieran provocar sudores fríos en la meca financiera del planeta. “Wall Street no construyó este país. La gran clase media americana lo hizo”, dijo en su cuenta de Twitter. Lo mismo debe pensar sobre los que fían a las criptomonedas el crecimiento de sus cuentas bancarias.