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OPINIÓN
Columna
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Credibilidad fiscal

PSOE y Podemos deberían haber presentado un plan con un ajuste fiscal para demostrar su compromiso con Bruselas, pero su acuerdo tiene una clara vocación de aumentar el déficit y la deuda pública

José Carlos Díez
El candidato a la investidura, Pedro Sánchez, y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, se abrazan tras firmar el acuerdo con las principales medidas que tomará el futuro Gobierno de coalición.
El candidato a la investidura, Pedro Sánchez, y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, se abrazan tras firmar el acuerdo con las principales medidas que tomará el futuro Gobierno de coalición.Juanjo Martín (EFE)

En el acuerdo para formar Gobierno, Podemos ha aceptado cumplir los compromisos de déficit público que exigen los tratados europeos. Sin duda un gran cambio, teniendo en cuenta que el partido nació en 2014 en unas elecciones europeas con un programa basado en la lucha contra la austeridad. Más mérito tendrá que será un Gobierno de Podemos el que tenga que implementar la reforma del artículo 135 de la Constitución que entra en vigor este año. Curiosamente ahora es Vox y la extrema derecha la que defiende un programa antieuropeo.

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Se cumple la máxima de que el poder civiliza. No obstante, hace años que en España es conveniente evaluar a nuestros políticos por lo que hacen y no por lo que dicen. ¿Es creíble que el PSOE y Podemos vayan a cumplir los objetivos europeos? Mariano Rajoy incumplió casi todos los años sus compromisos con Bruselas y su credibilidad fiscal era nula. Nada ha cambiado con Pedro Sánchez.

El INE acaba de publicar la cuentas trimestrales del sector público, el dato oficial que utiliza Eurostat para determinar el protocolo de déficit excesivo. Entre septiembre de 2018 y septiembre de 2019 el déficit público en España fue del 3,1% del PIB, de nuevo por encima del límite del Pacto de Estabilidad. El objetivo aprobado en la senda de déficit en el Congreso para aprobar los presupuestos de 2018 era del 1,3%. El Gobierno de Pedro Sánchez presentó en enero sus Presupuestos con ese objetivo, aunque luego envió a Bruselas un nuevo objetivo del 2% en el Programa de Estabilidad el pasado mes de abril.

Durante todo el año, el presidente y las ministras de Economía y Hacienda han repetido hasta la saciedad que la prioridad de su política económica era reducir el déficit. La realidad es que ha aumentado significativamente. El compromiso con Bruselas para 2020 es reducir el déficit hasta 1,1%. Los ingresos públicos crecerán menos este año y el compromiso de subida de sueldo de los funcionarios y de las pensiones es casi equivalente a la previsión de aumento de ingresos. Para ser creíble que ambos partidos tienen intención de cumplir los compromisos europeos deberían haber presentado un plan con un intenso ajuste fiscal. Pero su acuerdo tiene una clara vocación de aumentar más el déficit y la deuda pública. Y ERC advierte que la investidura no implica apoyar los Presupuestos.

¿Cómo es posible que en este escenario emitamos deuda pública a tipos negativos? La locura financiera ha vuelto a los mercados. El bono portugués cotiza por debajo del español, a pesar de tener más deuda. Y Grecia, con la misma deuda que en 2013, emite a tipos próximos al 0%. Como me enseñó mi maestro Antonio Torrero, los mercados tienen capacidad de autoengaño. Los inversores se comportan como las aves migratorias en Doñana. Durante largos periodos viven tranquilas en el parque pero un día, sin avisar, levantan el vuelo y tardan meses en volver. ¿Cómo pagaremos las pensiones y el sueldo de los funcionarios si los inversores vuelven a irse?

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