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Innovación en las aulas

Kimple Education lanza una plataforma educativa para la renovación de contenidos y métodos en los colegios

Pina de Paz, fundadora de Kimple Education.
Pina de Paz, fundadora de Kimple Education.

Pina de Paz, economista y consejera delegada de Kimple Education, empezó a tejer su proyecto después de trabajar cinco años en el desarrollo de negocio de la editorial educativa SM por medio mundo, y cursar un MBA en Esade que despertó su vocación emprendedora. Entendió entonces la necesidad de acompañar a docentes y colegios hacia una transformación pedagógica. Eligió asociarse con una empresa tecnológica para crear una plataforma en la web. Ahí encontró a Wolox, una firma norteamericana especializada en disrupción digital, a quien le enamoró el proyecto y además puso 350.000 dólares para el desarrollo de la web. Con ellos y otros 175.000 euros propios, Pina de Paz puso en marcha, en 2018, Kimple (que viene de Keep it simple: “hazlo sencillo”).

“Enseñar ciudadanía global, pensamiento computacional y espíritu emprendedor hace que el alumno entienda la realidad que le rodea, la lógica del siglo XXI y tenga una nueva actitud ante la vida”, detalla De Paz, que para armar su propuesta se fijó en las nuevas tendencias educativas nacionales e internacionales.

Kimple presenta proyectos flexibles a los colegios para que puedan adaptar a su programa escolar, centrándose en determinadas materias troncales, como tecnología, filosofía, ciudadanía o economía, y en el trabajo por proyectos transversal e interdisciplinar. Victoria Amerio, directora pedagógica de la compañía, desde Buenos Aires, añade: “Los colegios con los que trabajamos valoran el aire fresco que les aporta nuestra propuesta: la selección de temáticas emergentes y el incitar al alumno a investigar un problema y a que encuentre una solución, en vez de transmitirle un conocimiento sin más. Eso enciende su deseo de aprender”.

Hasta la fecha, 15 colegios de España, Argentina y Uruguay son clientes de Kimple. Son privados, concertados y también becados en entornos socialmente desfavorecidos. Para Pina de Paz la pandemia abre una oportunidad global de renovación pedagógica, ya que “ha habido un proceso de digitalización muy abrupto”. No han tenido que recortar personal, sino que han podido incorporar un desarrollador más al equipo de cinco personas. El negocio B2B de Kimple se sustenta en una licencia de acceso a su plataforma, que vende a los centros escolares y cuesta entre 7′5 y 25 euros por alumno y año. Hasta noviembre habrán facturado unos 80.000 euros (calculan que estarán sin beneficios hasta 2022) y tienen prevista una ronda de financiación para final de año.

Kimple, que ha sido finalista en los premios Emprendedores XXI de CaixaBank y los Enlighted Awards, espera crecer en 2021 en el sector público como en el privado, tanto en España como en nuevos países de Latinoamérica.

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