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El Corte Inglés vuelve a ebitda positivo trimestral pese a la caída en las ventas del 30%

El grupo registra pérdidas en el conjunto del semestre por el impacto de la pandemia

Álvaro Sánchez
Uno de los centros comerciales de El Corte Inglés.
Uno de los centros comerciales de El Corte Inglés.

La relajación de las restricciones por la pandemia entre los meses de junio y agosto, los correspondientes al segundo trimestre fiscal, permitieron a El Corte Inglés registrar un ebitda (resultado antes de impuestos) positivo de 64 millones de euros, después de que este indicador cayera en el trimestre anterior hasta -225 millones. La cifra del segundo trimestre supone una mejora, pero queda lejos de los 264 millones que obtuvo el año pasado, antes de que se detectara el virus.

Las ventas del área de retail, la más importante para el grupo, bajaron un 12,9% respecto al año anterior, mientras que las de seguros descendieron el 13,8%. Más dura fue la caída en la división de viajes, que continuó lastrando las cuentas de la compañía. Con el turismo sin recuperar el pulso, facturó un 92,9% menos. El saldo total de ventas quedó así en un retroceso trimestral del 30%. Y el beneficio bruto fue de 811 millones de euros, un 26,9% inferior que en el mismo periodo del año anterior.

Aunque la compañía no ha facilitado la cifra de pérdidas netas del conjunto del semestre, sí reconoce que tiene un ebitda negativo de 131 millones. En el primer semestre fiscal, las ventas caen casi un 39%, al pasar de 7.328 millones de euros a 4.489 millones. En una nota, la empresa asegura haber sido líder en alimentación y hogar durante el confinamiento, y estar en el grupo de cabeza en las ventas online de productos de moda, electrónica y deportes.

Entre los síntomas positivos, valora que la parte de retail (que incluye los grandes almacenes, las tiendas Sfera y los supermercados, sin los viajes o la informática) se mantuvo estable, y solo la ausencia de turistas hizo recular las ventas. La cifra de negocio en dicha división se situó en 2.843 millones.

Tras un primer trimestre en que solo los productos de alimentación, hogar y los servicios básicos se libraron de las restricciones para contener la pandemia —lo que se tradujo en pérdidas de 510 millones de euros—, el alivio del segundo ha permitido una generación de caja de 679 millones de euros gracias al aumento de las ventas, el ahorro de costes y la gestión de compras.

Según explica la cadena de grandes almacenes, entre las medidas para hacer frente a un entorno complicado, el grupo ha mejorado su flexibilidad financiera, consiguiendo un significativo incremento de liquidez apoyada por la emisión de 600 millones de euros en bonos a finales de septiembre. En la operación participó el Banco Central Europeo, lo que le permitió colocarlos a un interés menor, del 3,625%. Junto a la búsqueda de un amplio colchón de liquidez, cifrado en 2.200 millones, la firma ha llevado a cabo una reducción de gastos, ha rebajado su deuda neta de 3.945 a 3.266 millones, y ha impulsado su negocio online reforzando su capacidad logística y la entrega de pedidos en el día, un movimiento clave ante el cambio generalizado de hábitos de consumo y la feroz competencia de otros gigantes digitales como Amazon.

En medio de la incertidumbre por la posibilidad de un endurecimiento de las restricciones, la compañía mira ahora hacia la atípica campaña de Navidad por venir, donde se concentran buena parte de las ventas de todo el año.

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Sobre la firma

Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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