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El valor de medir el impacto social

Aplanet crea un ‘software’ para ordenar y analizar integralmente toda la información no financiera que genera una empresa

Cyril Pierre y Johanna Gallo, fundadores de Aplanet.
Cyril Pierre y Johanna Gallo, fundadores de Aplanet.Andres Alvarez

Con la conciencia de que no hay un planeta B, Johanna Gallo, ingeniera informática, y Cyril Pierre, experto en marketing, decidieron poner en marcha una iniciativa que bautizaron como Aplanet. “Lo mío es emprender aportando algo positivo en la sociedad y en el mundo. Siempre me había atraído la idea de combinar tecnología y negocio usando inteligencia artificial”, reflexiona Gallo, bilbaína, que ya había trabajado en la creación de nuevos negocios para Amazon y montado su propia empresa de fitness durante los cinco años que estuvo viviendo en la India. A su vuelta, recuperó a desarrolladores de producto con los que había trabajado antes y crearon un prototipo que funcionó.

Arrancaron en marzo de 2019 en Bilbao, al poco fueron finalistas del Premio Emprendedor XXI de CaixaBank y a final de año ya habían facturado 230.000 euros. La firma gestiona la sostenibilidad de las empresas, desde el impacto ambiental (cálculo de la huella de carbono, cómo reciclan, cuánto contaminan) hasta las relaciones sociales (con la plantilla, con proveedores o a través de su contribución a la sociedad), así como lo alineada que está la compañía con sus objetivos (misión de la empresa, organización de su cadena de suministros, etcétera). Para ello, Aplanet ha desarrollado un programa que funciona como “un árbol organizativo de toda la responsabilidad social de la empresa, que ahorra tiempo y recursos y es adaptable a las necesidades de cada cliente”, en palabras de Nacho Terol, directivo de la compañía. “Es adaptable porque cada empresa decide qué datos quiere recoger, cómo consolidarlos en su estructura de información, y puede recuperar la trazabilidad de cada apunte (quién lo ha solicitado, quién lo ha reportado)”, continúa Terol. En el cuadro de mandos del software se convierten esos datos en gráficos para tener toda la RSC en un golpe de vista, y, a través de inteligencia artificial, se puede analizar esa información, detectar riesgos y oportunidades, y luego reportarla interna o externamente (compartirla con accionistas, empleados o con los organismos que lo requieran). De este modo, dicen, se toman decisiones de una manera más estratégica.

El modelo

Cobran entre 5.000 euros y 10.000 euros de licencias anuales por el uso del software y lo promocionan a través de marketing online. El año pasado reinvirtieron beneficios para contratar más personal y ya son 14 en el equipo. Tienen oficina en Madrid y líneas de negocio en Portugal y Brasil; trabajan para Telefónica, Seguros Zurich y Leroy Merlin, entre otros 40 clientes, y aunque el confinamiento mermó su actividad durante esos tres meses, ya han remontado y vuelven a crecer con más fuerza. Acaban de levantar una ronda de financiación por valor de 1,7 millones de euros que volcarán en nuevos recursos, tecnología y 10 empleados más. En 2021 planean expandirse por Europa y Latinoamérica.

“La aplicación también permite hacer análisis de materialidad más rápidos: permite comparar la relevancia de tu RSC con relación a la de la competencia, así como compartirla con tus grupos de interés (empleados, proveedores, inversores, comunidades locales, administraciones, etcétera)”, añade Natalia Sepúlveda, directora de Comunicación de Aplanet.

Desde enero de 2019, por ley, las empresas de más de 500 empleados y de una determinada facturación están obligadas a documentar, además de sus cuentas anuales, este tipo de información no financiera. Esa fue la rampa de lanzamiento de Aplanet. “En España, por debajo de las empresas del Ibex, hay pocas que hagan análisis de su responsabilidad social del modo en que nosotros proponemos, pero cada vez son más”, profundiza Johanna Gallo. “No solo porque es más rentable, más eficiente y legalmente haya que hacerlo, sino también porque construye una sociedad mejor. La empresa no son solo números, cuando los empleados se sienten identificados con esa misión y el entorno lo aprecia, el proyecto empresarial mejora”.


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