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Bruselas alaba la “actitud constructiva” de España para aumentar su aportación al presupuesto de la UE

El comisario Oettinger pide a los Estados más fondos para llenar los huecos que dejan el Brexit y las nuevas necesidades de Defensa y ayuda al desarrollo

Luis Doncel
El comisario europeo de Presupuesto y Recursos Humanos, Günther Oettinger, la semana pasada en Bruselas.
El comisario europeo de Presupuesto y Recursos Humanos, Günther Oettinger, la semana pasada en Bruselas. JOHN THYS (AFP)

La UE se enfrenta a una encrucijada de difícil resolución. ¿Cómo afrontar el agujero que deja en sus cuentas la salida de una de las grandes economías de la Unión, el Reino Unido? ¿Y cómo cubrir las nuevas necesidades en materia de Defensa, protección de las fronteras exteriores y ayuda al desarrollo? La Comisión Europea tiene clara la respuesta: con los Estados miembros aportando más dinero a la bolsa común.

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Para convencer a los Gobiernos de la necesidad de rascarse el bolsillo, el comisario europeo de Presupuesto, el alemán Günther Oettinger, está viajando a las capitales de la UE. De visita en Madrid, Oettinger, alaba la actitud “constructiva y pragmática” del Ejecutivo de Mariano Rajoy, consciente de que las nuevas circunstancias le obligan a abandonar su papel tradicional de receptor neto y convertirse en contribuyente neto.

A Oettinger no le gusta esta dialéctica de contribuyentes frente a receptores netos, porque asegura que muchas políticas no pueden contabilizarse solo como beneficio a un país concreto, sino a toda la Unión. Pese a ello, a final de cuentas los Gobiernos tendrán que explicar a sus opiniones públicas que la pertenencia a la UE les va a salir más cara. Y frente a la actitud más cicatera de países como Holanda, Finlandia, Suecia o Dinamarca –que se niegan a que el Brexit les cueste un solo céntimo- en Madrid, al igual que en países como Francia y Alemania, sí hay disposición a aumentar las aportaciones para el presupuesto plurianual, las cuentas que ahora empieza a diseñar la UE para el periodo 2021-2027.

“Tenemos poco margen porque no podemos ni endeudarnos ni crear nuevos impuestos. Así que el único recurso es la aportación de los Estados”, aseguró en Madrid el veterano democristiano alemán.

La aceptación española a aportar más fondos quizá tiene que ver con algunas de las cifras que presenta la Comisión. Según sus cálculos, una reducción de las ayudas agrícolas –de las que España es una de las grandes beneficiarias- de un 15% restaría 60.000 millones de euros. Peor aún resulta para España el panorama de un recorte en los fondos estructurales. Porque si en las regiones más desarrolladas se pone fin al apoyo del Fondo Europeo de Desarrollo Regional y al Fondo Social Europeo, todo el norte del país dejaría de beneficiarse de estas cuantiosas ayudas. Y si, como se baraja en algunos escenarios, se limitan las ayudas solo a los países de cohesión, también las regiones españolas más pobres perderían esta inyección de fondos.

Oettinger defiende que todas las regiones de la UE puedan seguir beneficiándose de estas ayudas. Pero para eso hace falta más dinero. La Comisión admite que va a haber recortes en casi todas las partidas. El responsable de Presupuesto solo menciona dos programas que no van a sufrir: el Erasmus+ –que facilita las prácticas profesionales en toda Europa de los jóvenes comunitarios- y el Horizonte 2020 –el programa de investigación e innovación de la UE-.

El acuerdo se antoja difícil. Sobre todo porque, a diferencia de otras decisiones, para acordar el presupuesto plurianual de la UE es necesaria la unanimidad de los 27 miembros (ya sin Reino Unido). La batalla se antoja larga, pero no demasiado. Porque antes de las elecciones al Parlamento Europeo de mayo de 2019 debe estar cerrada. Oettinger admite que cada país tiene prioridades y expectativas distintas, pero que al final todos van a tener un interés común. “Necesitamos un presupuesto que aborde las necesidades de los próximos años”, asegura el comisario.

La Comisión, poniéndose la venda antes que la herida, recuerda los perjuicios que supuso el retraso de seis meses de las cuentas para el periodo 2014-2020, como las dificultades de la Administración griega para prepararse para la crisis migratoria de 2015 o la falta de financiación en Suecia y Austria para alojar a los recién llegados. O que entre 25.000 y 30.000 intercambios de profesores y estudiantes no se pudieron poner en marcha por falta de fondos para el programa Erasmus+. Oettinger, ahora, trata de evitar que esto vuelva a ocurrir en 2021.

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Sobre la firma

Luis Doncel
Es jefe de sección de Internacional. Antes fue jefe de sección de Economía y corresponsal en Berlín y Bruselas. Desde 2007 ha cubierto la crisis inmobiliaria y del euro, el rescate a España y los efectos en Alemania de la crisis migratoria de 2015, además de eventos internacionales como tres elecciones alemanas o reuniones del FMI y el BCE.

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