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Reportaje:Laboratorio de ideas | BREAKINGVIEWS. REUTERS

En el lugar de los padres

Larry Page, cofundador de Google, está preparado para dirigir la empresa

Google ha ofrecido un sorprendente ejemplo de sucesión del consejero delegado. Normalmente, son los fundadores los que se hacen a un lado para dejar sitio a los administradores profesionales. Pero los jóvenes cofundadores de Google ya hicieron eso hace una década. Ahora, la supervisión adulta de Eric Schmidt ya no es necesaria, y Larry Page, que fundó la empresa con Sergey Brin, está preparado para dirigirlo todo de nuevo. Esto añade un modelo novedoso a la nueva cosecha de genios de Silicon Valley.

Cuando Schmidt intervino por primera vez allá por 2001, Page solo tenía 28 años. Page sabía lo bastante sobre búsquedas en Internet y tenía el ímpetu suficiente para dirigir la empresa. Pero Schmidt tenía gran cantidad de experiencia y contactos. Había trabajado en Bell Labs y en el centro de investigación PARC de Xerox. Además, había sido consejero delegado de Novell, una empresa aplastada por Microsoft. El historial de Schmidt aportaba una solidez necesaria a la relativamente idealista y joven empresa.

Sus habilidades ejecutivas permitían a los cofundadores centrarse en la tecnología que subyacía bajo Google. Ha sido una combinación afortunada. Ahora la empresa proporciona alrededor de dos tercios de todas las búsquedas de la Red. La compañía vale unos 200.000 millones de dólares y sus ingresos siguen aumentando a un ritmo vertiginoso (el volumen de negocio creció un 26% en el último trimestre respecto al año anterior, según el informe de beneficios del pasado jueves).

Ahora Page ha aprendido lo suficiente de su mentor como para tomar las riendas. Y Schmidt se quedará como presidente ejecutivo para contribuir a ofrecer asesoramiento sobre las adquisiciones y tratar con los Gobiernos, cada vez más preocupados por el poder de mercado de Google.

Aunque la colaboración parece afortunada vista de manera retrospectiva, vale la pena reflexionar sobre el futuro a corto plazo de Google. La empresa está creciendo deprisa y es enormemente rentable, pero el arco de Silicon Valley parece más cerrado y corto que nunca. Google contrata a empleados en grandes cantidades, aunque ya no sea "la" empresa. Ese puesto lo ocupan ahora empresas como Facebook, Zynga, Twitter y

Quora. Bastantes de los antiguos codificadores célebres de Google se han marchado con la competencia.

Las empresas de Internet pueden caer rápidamente en desgracia (no hay más que fijarse en la historia de Yahoo). Sin embargo, es evidente que Google se encuentra en una situación incomparablemente mejor. Y el ascenso de Page consolidará la cultura de ingeniería de la empresa para ayudarla a resistir ante los nuevos competidores. Quizás los hambrientos y jovencísimos rivales puedan hasta aprender un par de cosas de la experiencia de Google con Schmidt.

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