La cruzada imposible de Rojo

El presidente de Caja Vital, Gregorio Rojo, ha vuelto a fracasar. El único superviviente del acuerdo que en 2005 firmaron los entonces presidentes de BBK (Xabier de Irala), Kutxa (Carlos Etxepare) y él mismo, para alumbrar la caja vasca unificada, ve frustrado otra vez su encendido intento de reactivar, aunque sea en esta ocasión mediante otra fórmula, ese proyecto. Si lo que pretendía era agitar el debate para lograr acelerar ese proceso, lo único que ha conseguido es alejarse aún más de los destinatarios de su mensaje: Mario Fernández (BBK) y Xabier Iturbe (Kutxa) no quieren oír hablar ahora de fusiones en Euskadi.

Tocado tras la sentencia judicial que consideró ilegal su reelección como presidente de la Vital en 2008, -tras 16 años en cargos internos- se sume ahora en la lógica inquietud cuando, a partir del jueves, la Audiencia Provincial de Vitoria se disponga a ratificar previsiblemente aquel fallo siquiera de manera parcial. Rojo, convencido siempre de la necesidad de su propuesta, se ha quedado sólo en una cruzada imposible por lograr la fusión, aunque sea fría.

En apenas catorce días se espera conocer su futuro judicial en la caja

Desde BBK y Kutxa se ve ahora la idea de Rojo como una salida personal

El presidente de la entidad financiera alavesa, que también lo es de la Cámara de Comercio e Industria de Álava desde marzo, además de vicepresidente de la patronal SEA, no tiene el respaldo suficiente dentro de su propio partido para encarar una apuesta contundente. Pero mucho menos en el PNV, pese a que facilitó en su día el desembarco en el Consejo de Administración y en el resto de órganos de decisión de Vital Kutxa, de varios pesos pesados de ese partido, entre ellos su presidente del ABB Iñaki Gerenabarrena vicepresidente primero de la entidad.

Y suma, además, el rechazo explícito del PP, que ya prepara en apenas catorce días, -los cuatro que faltan hasta la vista del recurso judicial y los diez posteriores que establece la ley para redactar el fallo- la munición para lanzar una dura campaña contra Rojo. Los populares no ocultan que vislumbran al actual presidente de la caja alavesa abandonando el puesto por orden judicial.

Pero Rojo tampoco ha encontrado eco en Lehendakaritza. Patxi López no quiere incomodar a Mario Fernández después de escucharle hasta la saciedad de que ahora no toca hablar de fusión. Desde BBK y Kutxa apuestan por esperar al menos hasta después de 2011, y que pasen las turbulencias que ha generado la actual crisis económica.

Con motivo de su escrito de enero en el que Rojo abogaba por retomar la idea de la fusión, López, entonces durante un desayuno informativo en Madrid, apenas le prestó atención. Ahora, tras escuchar la nula respuesta a la oferta de fusión fría, el lehendakari reitera que no hay ninguna urgencia en acelerar procesos de fusión. Lógicamente, como hizo el viernes en el Parlamento, enmarca la coyuntura en esta legislatura, aproximándose así al ritmo ideado por Mario Fernández.

En la cruzada que lidera en solitario Gregorio Rojo, llueve sobre mojado. No es la primera vez que sus teóricos compañeros de viajes se sorprenden por el momento en que realiza sus propuestas, que apenas tienen eco. En esa coyuntura política tan adversa, su idea se ha visto abocada al fracaso.

El pasado enero, Gregorio Rojo ya se quedó solo tras hacer pública un artículo en el que, inesperadamente, apeló a sus homólogos de la BBK y de la Kutxa a agilizar la fusión. Igual que ahora, recibió una respuesta negativa de todos los actores afectados en el proceso, incluida la presidencia del Gobierno vasco. En aquella misiva emplazaba también al lehendakari a agilizar la tramitación de la reforma de la Ley de Cajas, imprescindible para unir las tres entidades. López, no alteró su posición de "respeto a lo que digan los presidentes de las cajas".

Fuentes del PSE interpretan que Rojo ha "desenfocado" un tanto los tiempos de la fusión y alguno de sus compañeros de partido lo atribuyen a su delicada situación interna y a la falta de sintonía con los nuevos rectores de las cajas vecinas. Rojo descarta postura personalistas y sigue apostando por la idea en base a"razones de mercado". De hecho, en el PSE-EE se admite que la fusión es una operación necesaria y que el tiempo juega en contra de las entidades vascas, pero el marco político impide abordar con éxito la iniciativa. Cabe recordar que en 2005 la unión de las tres cajas hubiera dado lugar a la tercera de España en activos, cuando ahora estaría entre la séptima y la novena.

Sin embargo, el PNV no quiere a Rojo como compañero de viaje para una eventual fusión ahora, y menos cuando su presidencia está judicializada y en entredicho. Además, BBK está escuchando ofertas para fusiones frías y concentraciones que podrían alterar todo el mapa futuro de la fusión. "Si la BBK gana tamaño al margen de las cajas vascas, el diseño de fusión de 2005 se quedaría obsoleto y estaríamos hablando más de una absorción de la Vital que de una fusión", aseguran fuentes del sector financiero.

En ese contexto las dos últimas propuestas de Rojo no han generado siquiera debate político, y han atravesado el panorama financiero sin pena ni gloria. Tan sólo el departamento de Economía y Hacienda se aventuró a decir que "una fusión fría podría ser un buen instrumento para crecer", aunque dejó muy claro que, en todo caso, quienes tenían que decidirlo son las propias entidades. Ni siquiera el PNV de Álava apoyó la idea del presidente de la Vital, pese a que han logrado retomar parcialmente el control de la caja, gracias a Rojo y a su enfrentamiento con el PP. Aunque quizás esto tenga más que ver con la también delicada situación que atraviesa ese partido con el caso De Miguel, que afecta de lleno doce afiliados y cargos públicos próximos a Guerenabarrena.