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Necrológica:RBS | Laboratorio de ideas
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Lo que ordene el Gobierno de su majestad

Casi todo lo referente al Royal Bank of Scotland

ha cambiado radicalmente, pero no su naturaleza impredecible. Las compulsivas operaciones de sir Fred Goodwin, el pragmático y emprendedor ex consejero delegado, hacían que resultara difícil predecir el tamaño y la forma futuros de RBS. Esto no ha cambiado con Stephen Hester, aunque ahora el énfasis se pone en la reducción de tamaño, no en las adquisiciones.

Cuando lo nombraron el pasado octubre, Hester tenía dos objetivos: estabilizar el banco y librarse de la participación dominante en manos de Reino Unido. El Gobierno aportó primero un capital de 20.000 millones de libras, con lo que adquirió una participación del 70%. Como resultó insuficiente, RBS tuvo que comprar al Estado un seguro de 325.000 millones de libras para sus peores préstamos, lo cual hará que la participación estatal aumente. Desde entonces, el precio de las acciones ha subido de 10 a más de 50 peniques, aunque sigue muy por debajo de la cotización máxima de 688 peniques que llegó a alcanzar en 2007.

Hester ha hecho sentir su presencia. Completará el proceso de estabilización manteniendo el coeficiente de capital social de RBS en el 8% -el doble del que defendía Goodwin-, al tiempo que ha reducido los préstamos del banco y potenciado los depósitos. Esto se conseguirá reduciendo considerablemente carteras desmedidas como la de inmuebles comerciales y buena parte del lastre dejado por la desastrosa compra de grandes trozos del banco holandés ABN Amro efectuada por Goodwin.

Si todo sale bien, Hester seguirá teniendo un banco con una posición destacada en el mercado del préstamo británico, un gran banco mayorista y de inversión -aunque comprendería un tercio y no el 60% del balance general-, una gran presencia en el sector de seguros y grandes bancos comerciales tanto en Reino Unido como en EE UU.

Pero dos factores nublan el panorama. Uno es la Comisión Europea, que golpeará duramente a RBS por aprovecharse del contribuyente británico. La Comisión quiere reducir el 30% de cuota de mercado que RBS tiene en el préstamo a pequeñas y medianas empresas, tal vez escindiendo una buena parte de la actividad y vendiéndosela a un competidor.

El otro factor es el mayor accionista de RBS. Reino Unido quiere rentabilizar su inversión, aunque signifique vender negocios ahora esenciales. Si los precios de los activos financieros empiezan a subir, no puede descartarse la venta de la aseguradora Direct Line, del banco comercial estadounidense Citizens Bank o del banco de inversión de RBS, de acuerdo con una fuente conocedora de la situación. -

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