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Análisis:Gran Premio de Bélgica
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El retorno de Fisichella

Después de dos años de vivir en el anonimato, el nombre de Giancarlo Fisichella, de 36 años, volvió a saltar a la palestra con el brillo propio de los grandes pilotos. No se trata de un campeón del mundo, pero sí de un piloto capaz de sacar el mejor rendimiento del coche cuando está motivado. Desde que se fue de Renault, al final de 2007, la moral del italiano había sufrido algunos golpes importantes que le impedían dar lo mejor de sí mismo. Sin embargo, la primera vez que ha contado con un coche capaz de llevarle a la victoria, Fisichella ha sacado el orgullo que mantenía aletargado, pero que no había perdido. Cuando el sábado logró la pole position de forma sorprendente incluso para él, la adrenalina fluyó como un manantial. Era evidente que iba a luchar por la victoria y lo hizo hasta el final, manteniendo incluso un ritmo más rápido que el de Kimi Raikkonen en muchos momentos de la carrera.

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Su actitud me pareció muy similar a la de un triple campeón mundial al que tuvimos en Benetton en mi etapa en la F-1: Nelson Piquet. Le habíamos dado un coche mediocre al brasileño en 1991 y él no parecía mostrar mucha motivación para mejorarlo. Pero, cuando en Canadá se puso al volante y descubrió que aquella última evolución estaba funcionando, entonces sacó a relucir la fuerza de un león enjaulado y luchó por la victoria con uñas y dientes. Como Fisichella. Mientras no existen opciones de victoria, ni siquiera luchan por alcanzarla. Pero, cuando aparece, van a por todas.

Fisichella lo hizo y encontró en su Force India unas prestaciones que no había tenido hasta ahora. La mejora del coche desde que esta temporada está equipado con el motor Mercedes es evidente. En Valencia comenzó ya a mostrarlo. Sin embargo, en el paddock se estaba especulando sobre la posibilidad de que tanto ellos como Toyota y BMW habían recibido alguna ayuda suplementaria por parte de la FIA o, al menos, que había habido con ellos cierta permisividad en esta carrera. Flavio Briatore lo reconoció con crudeza ante las cámaras de TV3 al afirmar entre risas, medio en serio medio en broma, que Bridgestone les había dado unos neumáticos especiales a los tres equipos. "A lo mejor es que la FIA quiere aplicar una parrilla invertida como la de GP2", ironizó el magnate italiano, director de Renault.

También circuló la historia de que los comisarios no habrían sido excesivamente diligentes en el control de los pesos de estos coches. Como si la FIA quisiera ayudarles a superar la difícil situación por la que atraviesan.

No sé si algo de todo esto es cierto. Pero pienso que difícilmente tendrá continuidad. La pole y el segundo puesto de Fisichella responden más al resultado de su motivación y de su experiencia, fundamental en un circuito tan exigente como el de Spa, que al progreso de la escudería Force India. Aquí ha coincidido todo. El regreso de un buen piloto, el buen set-up de su coche y las anómalas circunstancias que se han producido en muchos otros equipos: los problemas de Alonso, Hamilton y Button en la clasificación, la pésima salida de Barrichello y Trulli y el mal momento de los dos Red Bull a pesar del tercer puesto de Vettel.

Todo eso es difícil que vuelva a producirse. Pero, ayer, Fisichella mereció su segundo puesto porque Raikkonen sólo pudo superarle por la potencia suplementaria que le concedía el KERS.

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