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Tribuna:Economía global
Tribuna
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Aviso a navegantes

La inyección de liquidez a largo plazo del BCE de hace apenas dos semanas, sin precedentes por su plazo y volumen (442.000 millones de euros a un tipo del 1,0%), es, sin duda, un paso adelante para suavizar tensiones de liquidez en el sistema financiero de la eurozona. El objetivo último de este tipo de medidas es la transmisión de la muy laxa política monetaria de la autoridad monetaria europea a hogares y empresas. Pese a ello, los datos de evolución de los agregados monetarios en la eurozona y su principal contrapartida, el crédito al sector privado, siguen mostrando una preocupante tendencia a la baja.

Es cierto que la mejora de la posición de liquidez en la banca es una condición necesaria para la transmisión del crédito al sistema. Pero la demanda de crédito se ha hundido y hogares y empresas se han instalado en la frugalidad, aumentando muchísimo su propensión marginal al ahorro. Adicionalmente, hay que tener en cuenta que la concesión de crédito en las condiciones actuales debe hacerse en un marco de superior exigencia de garantías frente a los últimos años, cuando la fuerte expansión económica permitía visionar niveles de morosidad bajos y estables. En las condiciones actuales, por tanto, no podemos esperar que el crecimiento del crédito se recupere significativamente. Es, en suma, un problema tanto de oferta como de demanda.

Durante los días posteriores a la citada inyección de liquidez, el agregado de bancos europeos depositó, en el propio BCE, un promedio diario cercano a los 300.000 millones de euros. Teniendo en cuenta que la remuneración de estos saldos en el banco central se produce a un tipo penalizador del 0,25% (lo que, frente al coste de los fondos, implica una pérdida de rentabilidad), parece evidente que las entidades financieras ni tienen demasiado incentivo a prestar, ni tampoco encuentran demanda solvente para hacerlo ni otras opciones en el mercado donde rentabilizar su liquidez.

Entre estas últimas destaca la inversión en renta fija, ya sea pública, privada o avalada por los Estados. En los últimos meses, la masiva afluencia de emisiones de deuda ha hallado en las entidades financieras gran parte de su demanda final. Y es que, con las elevadas pendientes existentes en las curvas de tipos, la inversión en renta fija de alta o media calidad permite a la banca compensar en parte, y gracias a la generación de margen financiero que produce financiarse a tipos muy bajos e invertir a tipos altos, la presión existente en la parte baja de la cuenta de resultados.

En todas las salidas de episodios de crisis ha habido este mecanismo de generación de margen financiero en banca. No obstante, no debemos olvidar que el objetivo último de la masiva inyección de liquidez al sistema es, a través de la mejora de la posición de liquidez de la banca, su circulación por el resto de la economía. En este sentido, la decisión del banco central sueco de situar la facilidad marginal de depósito en negativo (-0,25%), que en efecto significa pagar por depositar fondos en el banco central, es un claro aviso a navegantes.

José Manuel Amor y Pablo Guijarro son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Grupo Analistas).

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