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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Natasha Richardson, actriz

Era hija de Vanessa Redgrave y esposa de Liam Neeson

Gregorio Belinchón

Cumpliendo el tópico que rodea a las familias de intérpretes, la vida de Natasha Richardson no escapó a la profesión de su madre, Vanessa Redgrave, de sus tíos, Corin y Lynn, y de sus abuelos, sir Michael Redgrave y Rachel Kempson. Hija del cineasta Tony Richardson, uno de los cabecillas del free cinema, miembro de una de las grandes sagas de actores ingleses, Natasha Richardson falleció el miércoles, 18 de marzo, a los 45 años, tras golpearse la cabeza, el lunes, en un accidente de esquí en la estación canadiense de Mont Tremblant, cerca de Quebec.

Su marido, el también actor Liam Neeson, viajó desde Toronto, donde rodaba el filme Chloe, para estar con ella en el hospital de Sacré-Coeur, en Montreal, donde entró en coma. A petición de su marido, y para que los hijos estuvieran a su lado, un jet privado trasladó al matrimonio la noche del martes a Nueva York, al hospital Lennox Hill, donde murió.

Natasha Richardson disfrutaba mucho más en el teatro que en el cine y la televisión, aunque la primera vez que actuó fue en un filme de su padre, La carga de la brigada ligera, con cuatro años. Estudió en la Central School of Speech and Drama de Londres, su ciudad natal, y volvió ya como profesional detrás de las cámaras en Every pictures tells a store, en 1984, a los 21 años.

Desde ese momento, compaginó el cine con el teatro, tanto en Londres como en Broadway. En la capital británica debutó en el West End con un montaje de La gaviota, de Chéjov, con el que ganó el galardón al mejor debutante en los premios de la crítica teatral de Londres. En 1986 actuó en Gothic, de Ken Russell, y su interpretación llamó la atención de Pat O'Connor, que contó con ella para Un mes en el campo, con Colin Firth y Kenneth Branagh, y de Paul Schrader, que la contrató para protagonizar Patty Hearst.

Un premio Tony

Entre los múltiples premios teatrales que cosechó a lo largo de su carrera está un Tony en 1998 por su participación en la versión de Cabaret que dirigió Sam Mendes en Broadway, y todo tipo de galardones, tanto en Londres como en Nueva York, por su trabajo en Anna Christie. Su colaboración con Sam Mendes y la compañía Roundabout se repitió con éxito parecido en 2005, cuando encarnó a Blanche DuBois en Un tranvía llamado deseo, con John C. Reilly como Stanley Kowalski.

El año pasado, en Evening, de Lajos Koltai, cumplió un sueño largo tiempo ansiado, trabajar con su madre (y hacer en la pantalla también de madre e hija), en este drama sentimental con secreto familiar en su interior. En España aún está pendiente de estreno Wild child, su último papel en el cine.

Natasha Richardson, en 2006.
Natasha Richardson, en 2006.AFP

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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