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Reportaje:

Medio siglo de arte en el Liceo

Carreras celebra con un recital su debut más "anecdótico"

No sólo se han cumplido los 50 años del debut liceísta de Josep Carreras. El próximo 21 de julio hará 20 años exactos que el tenor dio aquel emotivo recital en el Arc del Triomf de Barcelona para agradecer las muestras de solidaridad recibidas cuando cayó enfermo. Y unos días antes, el 14 de julio, había nacido la fundación para la lucha contra la leucemia que lleva su nombre, por lo que esa fecha para él tiene un enorme valor.

Pese a todas estas coincidencias, sumadas a la exposición fotográfica que el Liceo le ha dedicado en el foyer y al recital que ofrecerá el martes en el teatro, que TV-3 retransmitirá en diferido desde la playa de la Barceloneta, Carreras no se siente especialmente "conmemorativo". "En realidad ese debut de 1958, con 11 años, lo considero anecdótico. Mi verdadero debut en la casa se produjo en enero de 1970, cuando interpreté el Flavio de Nabucco. En cuanto a los 20 años de la fundación y el concierto del Arc de Triomf, esperaremos a los 25 años para celebrarlos", comentó el artista en un encuentro con diversos medios escritos, que tuvo lugar esta semana. Da fe de esta normalidad su agenda, que sigue moderadamente llena. Ayer mismo estaba en Klagenfurt para una actuación enmarcada en la Eurocopa.

El recital del martes en el Liceo, en el que el tenor estará acompañado por Lorenzo Bavaj, dará comienzo a las 20.00 horas. Una hora y tres cuartos después se iniciará la retransmisión en una pantalla de 36 metros cuadrados instalada en la plaza del Mar de la Barceloneta. Esta iniciativa, bautizada como El Liceu a la platja, nació el año pasado, en el mismo lugar, con la retrasmisión de la ópera Norma. Sin embargo, en esta ocasión la figura de Carreras ha merecido atenciones de prime-time, algo nada frecuente tratándose de ópera.

Acabado el recital del Liceo, el tenor acudirá al restaurante de la torre de Jaume I, donde celebrará con sus amigos el cincuentenario, y al final del recital en diferido se personará en la playa, con buenas probabilidades de que interprete alguna canción fuera de programa. Habrá 2.000 asientos reservados -las invitaciones han sido distrubuidas por varias asociaciones del barrio-, pero el concierto podrá seguirse desde la arena sin reserva previa, naturalmente si el mal tiempo no lo impide. Entre las 21.00 y la 1.30 horas habrá un servicio especial de autobuses entre la plaza del Mar y la de Catalunya.

En la actualidad, Josep Carreras da recitales, pero no prepara ningún papel operístico. "Aunque no lo descarto si encuentro una partitura adecuada a mis facultades actuales y me lo ofrece un teatro en las condiciones adecuadas". En 2000 interpretó en el Liceo Sly, de Wolf-Ferrari, su personaje número 26. A sus 61 años, no pone final a su trayectoria. "Supongo que se irá apagando poco a poco. De momento, seguiré en activo durante los tres o cuatro años que vienen. De lo que sí estoy seguro es de que, una vez retirado, aún actuaré un par de años más a beneficio de la fundación".

Carreras se considera un hombre con suerte, a pesar de la enfermedad que le golpeó a los 40 años, en el cénit de su vida profesional. "Cuanto más se acerca el final, más extraordinario me parece subir a un escenario y más afortunado me siento". El martes, sin duda, revalidará todas estas emociones ante el público "de casa".

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