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Análisis:Un español en la cima de la NBA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Mucho más que deporte

José Sámano

El deporte español se posiciona en Hollywood. Da vértigo. Pau Gasol, el mejor baloncestista ibérico de la historia, no tiene techo en la meca del deporte profesional, en la cuna de los míticos Lakers, con el magisterio de un gurú como Phil Jackson, el que fuera padrino de Michael Jordan; compartiendo sudadera en los ensayos con Kareem Abdul-Jabbar, un tótem de la canasta, y, en los partidos del Fórum, a un palmo del histriónico Jack Nicholson y demás farándula del celuloide angelino.

La noticia entroniza definitivamente al deporte español, que se sitúa en un angular mediático impensable hace apenas una década. Salvo los problemas con el fútbol nacional, no con el de clubes, que se remontan al pleistoceno, disciplinas tan universales como el baloncesto, el tenis y la fórmula 1 gravitan hoy en torno a deportistas españoles, un síntoma inequívoco de la globalización de un país que aún archiva un No-do muy reciente en el que, en medio del arrabal, sólo despuntaban algunos quijotes como Santana, Nieto, Ballesteros e Indurain.

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El deporte es un termómetro ideal para tomar la temperatura de un país, caso de España, que ni por asomo podía imaginarse que uno de los suyos se movería con patines por un santuario como el de la NBA, hasta hace poco un coto privado de los playgrounds estadounidenses que miraba siempre con sospecha cualquier aventura transfronteriza.

Pau Gasol, un aventurero, un hijo de la globalización, un español sin complejos, se alistó a una pasarela selvática. No le importó meterse en el fango de un equipo sin galones como Memphis, una franquicia de la periferia de la NBA con genoma social más tendente a la música que al aro.

Desde ayer, aquel chico catalán que cruzó el Atlántico con más optimismo que galones, al que muchos rebajaban por haber aceptado la pedrea de un equipo menor como los Grizzlies, compite ahora por un Óscar junto a Javier Bardem.

El deporte español no tiene freno pese a las resistencias militantes de algunos compatriotas de Pau que aún piensan que esto es un asunto menor. Gasol está en la cima. No sólo en la del deporte español. Su ascensión a los Lakers supera la canasta. Es un bingo para la nuevas generaciones, sean o no deportistas.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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