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Chad anuncia "castigos severos" a los acusados de tráfico de niños

El presidente, Idriss Deby, echa un pulso a Francia, su aliado occidental

Las autoridades de Chad prolongaron ayer 48 horas la detención de los nueve franceses de la organización humanitaria El Arca de Zoé, que pretendían sacar del país a 103 supuestos huérfanos del conflicto de la región sudanesa de Darfur, y los siete españoles miembros de la tripulación de avión que debía trasladar a los niños a Francia. "Todos los implicados serán castigados", reiteró ayer el presidente, Idriss Deby.

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"La tripulación ha sido puesta a disposición de la justicia por necesidades de la investigación", dijo a media tarde el ministro de Justicia chadiano, Albert Pahimi Padacké. Los miembros de la tripulación "también están detenidos y corresponderá al juez decidir la responsabilidad de cada uno", precisó.

Poco después, las autoridades chadianas anunciaron que la detención se prolongaba hasta el próximo lunes. Los detenidos podrían ser condenados hasta a 20 años de prisión y trabajos forzados.

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La noche del viernes, el presidente de Chad, Idriss Deby, visitó Abéché, cerca de la frontera con Sudán, desde donde tenía previsto despegar el avión con los 103 niños antes de que fuera abordado por fuerzas militares y donde se encuentran tanto los detenidos como los pequeños.

La televisión pública difundió unas imágenes en las que se podía ver al presidente en el centro social de Abéché. Los franceses de El Arca de Zoé estaban esposados y sentados en el suelo, aunque no parecían haber sufrido malos tratos, como denunció la organización. Los miembros de la tripulación, por contra, estaban de pie, sin esposar y charlando con Deby.

Desde el primer momento el presidente chadiano ha anunciado "castigos severos" para los detenidos y calificado los actos de "tráfico de niños", "crimen horrible" y otros epítetos que difícilmente encajan con las intenciones, ciertamente erráticas y al margen de la legalidad, de los miembros de esta organización no gubernamental de apenas tres años de vida. Pero ayer, al insinuar que los supuestos huérfanos sudaneses podrían ser utilizados para el tráfico de órganos o vendidos a organizaciones pederastas, desacreditó la tesis de que intenta simplemente impedir una operación de rescate de niños para falsas adopciones y abrió la puerta a una lectura política del incidente.

La pregunta que se hacen en París todos los expertos en política africana es por qué las autoridades chadianas, tradicionalmente muy bien relacionadas con el Gobierno francés, dejaron actuar libremente durante meses a los miembros de El Arca de Zoé, conociendo sus intenciones, e intervinieron en el último momento, justo el día en que se cerraba el acuerdo de paz entre el Gobierno de Djamena y los cuatro movimientos rebeldes activos en el país.

Este pacto se selló además la víspera de la conferencia de paz sobre Darfur en Libia. Ambos conflictos están conectados: Chad apoya a los rebeldes sudaneses contra Jartum y Sudán patrocina a los guerrilleros que luchan por derrocar al régimen de Idriss Deby. Los refugiados van de un lado a otro de una frontera muy permeable.

Además, la Unión Europea se dispone a enviar a una fuerza expedicionaria al Chad para asegurar el corredor humanitario que llevaría ayuda y alimentos a los refugiados, una de las prioridades del jefe de la diplomacia francesa, Bernard Kouchner. La respuesta, señalan algunas fuentes, es que Deby no quiere que se abra este corredor.

En París, la noche del viernes, varios centenares de miembros y simpatizantes de esta ONG se congregaban frente a la Embajada de Chad para pedir la liberación de los detenidos y protestar por el trato recibido por el Gobierno francés, que les acusa de organizar una red de falsas adopciones y desde el primer momento no ha dudado en descalificarles. La secretaria de Estado para los Derechos Humanos, Rama Yade, consideró su actuación "ilegal e irresponsable".

Sin embargo, varios testimonios coinciden en que las actividades de El Arca de Zoé en Chad eran conocidas por el Gobierno de París y por el de Djamena.

Maryse Cales, vicepresidenta del Colectivo de Ayuda a los Huérfanos de Darfur, pide ayer la puesta en libertad de los detenidos en Chad.
Maryse Cales, vicepresidenta del Colectivo de Ayuda a los Huérfanos de Darfur, pide ayer la puesta en libertad de los detenidos en Chad.AFP

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