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Reportaje:

Apenino cruza los Urales

El músico vigués Marco Maril presentará en Shanghai su segundo disco

El Shanghai Oriental Art Center es un recinto de grandes dimensiones obra del arquitecto francés Paul Andreu, quien acaba de terminar otro encargo colosal en China, el Gran Teatro Nacional de Pekín. El edificio de Shanghai, en forma de mariposa, fue inaugurado en 2004. Desde entonces está consagrado casi en exclusiva a la música clásica, a excepción de una única ocasión al año en el que abre sus puertas a la creación contemporánea, sobre todo al pop.

El próximo 8 de diciembre, Apenino entrará a formar parte de esa galería alternativa del SOAC junto a nombres ilustres como los artistas suecos Jay Jay Johanson y Jens Lenkman, quienes también pisaron el más pequeño de los tres auditorios que conforman esta institución cultural china.

Un programador chino descubrió su música por Internet y quedó encandilado

La culpa es, como de casi todo lo que ocurre ahora, de Internet. El programador del SOAC, Sebastian Wang, conoció la música de este compostelano afincado en Vigo a través de su web. "Es un fan total, me escribía correos diciéndome lo mucho que le gustaba mi música y un día me envió una foto con las portadas de mis discos, aluciné", explica Marco Maril, el verdadero nombre de Apenino. En febrero de este año, Wang viajó a Sevilla para conocer en concierto a su ídolo, poco pródigo en subirse al escenario. "Ya antes de verme en directo me había propuesto ir a Shanghai a tocar".

Aunque no siente demasiado interés en sus directos, Maril estrenó las canciones de su segundo trabajo, Un rayo de sol (2007), en el Museo de Arte Contemporánea de Vigo dentro del ciclo Marcosonoro, que durante cuatro viernes, hasta el próximo 12 de octubre, reúne propuestas sonoras muy diversas de jóvenes músicos gallegos. "Dar un concierto no es lo que más me atrae, yo necesito que sean espacios muy íntimos porque mi puesta en escena, con un portátil, unos ukeleles y, quizá, un teclado puede resultar muy fría. En Sevilla me subí al escenario con mi Ipod, sin más, y puede eso resultar demasiado frío para el público. Además, mi música tiene demasiados arreglos que complican el directo, sería excesivamente costoso", explica. A Shanghai irá acompañado por la cantante Patricia Carrera, una de las voces colaboradoras en el nuevo disco, y las proyecciones audiovisuales de la artista Carme Nogueira.

Si Apenino hubiese nacido un par de décadas atrás, probablemente sería considerado un cantautor. Él mismo habla de su trabajo en clave de producto artesanal, pero se sirve de los medios tecnológicos y el resultado se podría denominar pop electrónico. Melodías y letras aparecen cuando se sienta a los teclados o toma alguno de sus ukeleles, las pequeñas guitarras que le sirven para alejarse del cliché de músico con el que no se identifica, aunque bebe de todo tipo de fuentes y de músicas de amplio espectro. Después viene la segunda parte, en su ordenador, donde canaliza la grabación y los arreglos que, a menudo, surgen de los objetos cotidianos o de juguetes.

"Para mí esta soledad es lo más divertido, yo sólo en mi estudio me enfrento al vacío y hago como quien cose o pinta, voy añadiendo elementos a lo que se me ocurre". El toque final lo aporta el músico Arturo Vaquero en su estudio de Friol (Lugo), Abrigueiro. Este método es el que le ha llevado a publicar, además del reciente Un rayo de sol, el disco Bumerán, bumerán (2004) y, antes, el EP de cuatro canciones En la hora azul. Pero su trayectoria no comienza en Apenino, como le bautizó Carlos Berlanga, sino con formaciones como Hemisferio Izquierdo y Dar ful ful, con la que llegó a participar en el Festival de Benicàssim.

El salto tecnológico es el que le permite crear con libertad y difundir su música sin fronteras culturales, sin preocuparse por las ventas y sin plegarse a las directrices de una discográfica. Está convencido de que la industria de la música tal y como se concibe ahora tiene que afrontar una reconversión. Y, ya que no se venden discos, él ha puesto a disposición de los internautas los temas de Apenino y, además, permite la descarga libre de las composiciones nacidas en el seno de otros proyectos que desarrolla en paralelo, como El oso goloso y Raro y Apenino que, prácticamente, sólo existen en la web. " Si no fuese por Internet, yo no estaría pensando en dar un concierto en China. La industria va mal pero para mí como músico el panorama está mejor que nunca".

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