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Columna
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Acabar con Zapatero y con ETA

La rentrée comienza animada. Tenemos, por una parte, la decisión tomada por la ex eurodiputada socialista Rosa Díez y el filósofo Fernando Savater de formar un nuevo partido político bisagra. Según dicen, para sustituir a los partidos nacionalistas, que son los que hasta ahora han venido ejerciendo esa función, sea con el PP o con el PSOE. En este caso sería con el PP. El objetivo es acabar con Zapatero. La ex concejal, también socialista, del Ayuntamiento de Getxo Gotzone Mora, ya ha advertido que "los postulados del nuevo partido de Rosa Díez [bautizado con el nombre de Unidad, Progreso y Democracia] ya los defiende el PP". No hace falta. Y para confirmar su opinión con el ejemplo, Gotzone Mora se ha venido a Valencia a formar parte del equipo de Gobierno que preside Francisco Camps. Ignoro si se ha dado de baja del partido socialista, como ha hecho Rosa Díez, o vamos a tener entre los cargos del Consell una correligionaria de Joan Ignasi Pla. Aquí, en este País Valencià, todo es posible.

También en el PP se han levantado voces en contra de la recién nacida opción política. María San Gil, presidenta del PP del País Vasco, el eurodiputado Mayor Oreja y el autoproclamado líder indiscutible, Mariano Rajoy, han criticado la operación liderada por Rosa Díez. Según María San Gil, "para cambiar el Gobierno que preside Zapatero lo mejor es votar a Rajoy". Mayor Oreja, por su parte, ha declarado que el nuevo partido lo que va a hacer es "robarle votos al PP". Y en la sede central de Madrid, en la madrileña calle Génova, Mariano Rajoy ha ordenado a la secretaría de Comunicación del PP el envío de un documento a dos mil de los más significativos miembros del Partido Popular alertándoles de "la irrupción de nuevos partidos que puedan robarle votos al PP". Refiriéndose, sin duda, al UMD de Rosa Díez y a Ciutadans de Catalunya. En Génova están nerviosos y temerosos.

Por cierto, que en el PP no acaban de aclararse con motivo de la lucha contra ETA. Mientras Mariano Rajoy no cesa de criticar, casi a diario, el proceso de paz iniciado por Zapatero, y afirmar constantemente que con ETA sólo cabe la actuación policial y la legalidad que emana del Estado de derecho, sin que quepa negociación alguna, el secretario de Comunicación, Gabriel Elorriaga, ha declarado estos días que "si ETA anuncia su voluntad definitiva de abandonar las armas, supongo que eso se canalizará de alguna manera, ¿no?". ¿Y a qué se refiere el señor Elorriaga cuando habla de "canalizar"? Porque esto es lo que en su momento intentó Aznar y ahora ha intentado Zapatero. Primero renunciar a las armas y luego "canalizar", es decir, negociar, si cabe. Según Elorriaga, habría que "canalizar de alguna manera" la voluntad de ETA de abandonar las armas. ¿Quiere decir que si el PP ganara las próximas elecciones, trataría de dialogar con ETA para "canalizar su abandono de las armas" y marcarse el éxito de haber acabado con la banda terrorista? ¿Tal vez lo que no quiere el PP es que ese éxito sea de Zapatero?

Pero la banda terrorista acaba de hacer público un comunicado en el que culpa al Gobierno de Zapatero del fracaso del llamado proceso de paz, y reivindica los últimos atentados. Incluso amenaza con "seguir golpeando las estructuras del Estado español". Pero vamos a ver, ¿no habíamos quedado en que Zapatero estaba arrodillado ante ETA, que estaba en sus manos, cediendo a las pretensiones de la banda? ¿No nos decía Rajoy que Zapatero había vendido Navarra, por ejemplo? ¿Cuántas veces no se han vertido acusaciones como estas y otras del mismo calibre, por parte del PP y de su grupo mediático? Pura demagogia basada en mentiras y disparates. La prueba es el comunicado que acaba de publicar ETA. No importa. La derecha del PP seguirá acusando a Zapatero de negociar con ETA, y de ser poco menos que su aliado. De romper España y no sé si también de ser el culpable del cambio climático. Y así seguirán hasta las elecciones de marzo, a pesar del comunicado hecho público ayer por la banda terrorista que hecha por tierra todas las calumnias que han utilizado en contra del presidente del Gobierno. O sea... como diría Umbral.

fburguera@inves.es

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