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Reportaje:

Kelme se ata los cordones

La firma diseña un plan estratégico tras pactar con la familia fundadora la venta del negocio

Kelme trata de recuperar la garra perdida. La Generalitat Valenciana, que tutela la empresa desde 2002, pactó en junio la salida de la familia fundadora y prepara la entrada de un nuevo inversor. Kelme ha diseñado un plan que le permita lograr beneficios en 2009. Este mes anunció un acuerdo con una distribuidora estadounidense para impulsar sus ventas en ese país, y en Canadá y México.

El fabricante tuvo que ser rescatado de la suspensión de pagos en 2002 por la Generalitat, que tutela desde entonces la gestión

La firma de calzado y ropa deportiva de Elche (Alicante) vive estos meses el punto álgido de una metamorfosis que empezó cuando la Generalitat asumió su tutela, en el ejercicio 2002, tras salvarla de la suspensión de pagos a la que estaba abocada mediante un aval de nueve millones de euros. La dirección de la compañía, que afronta estos meses un cambio en la propiedad y una operación para sanear la fuerte deuda que arrastra, ha diseñado un plan estratégico que alcanzará hasta 2012 y que espera empiece a dar sus frutos en un año. Con este plan, Kelme trabaja para reposicionar una marca "muy devaluada" en estos momentos y elevar sus ventas en los mercados exteriores.

En la actualidad, las exportaciones suponen el 25% de su facturación, y son Europa y Estados Unidos los principales mercados de la empresa ilicitana, aunque un portavoz de la misma subraya el fuerte crecimiento de los mercados asiáticos, "especialmente China", y la intención de ganar cuota en estos países.

Kelme ha mantenido en los últimos dos años una facturación similar, de cerca de 30 millones de euros, pero en el último ejercicio disponible (2005) cerró con pérdidas de siete millones de euros.

La compañía considera en parte 2007 como "un año perdido" y espera enderezar el rumbo del negocio el ejercicio próximo para volver a obtener beneficios en 2009.

Kelme sólo cuenta con una filial en el extranjero, en Italia, una fórmula que en líneas generales está sustituyendo por la firma de acuerdos en exclusiva con distribuidores en los distintos países.

En esta línea, a principios de agosto firmó un acuerdo con la compañía estadounidense Twin City Knitting, dedicada a la fabricación y venta de calcetines técnicos "para las principales ligas deportivas americanas", según explicó en su momento el presidente de Kelme, Benjamín Clarí. La compañía estadounidense cuenta con 6.000 puntos de venta.

Kelme cerró unas semanas antes, en julio, su filial comercializadora en Estados Unidos y el acuerdo con Twin City Knitting le permitirá vender sus productos también en México y Canadá.

La cúpula de la empresa ilicitana pretende que vuelva a ser noticia por sus logros empresariales. Y es que los últimos cinco años de Kelme son una crónica convulsa. La histórica firma deportiva tuvo que ser rescatada de la suspensión de pagos por parte de la Generalitat en 2002. Desde ese momento, el Gobierno valenciano tutela la empresa y, a partir de entonces, la familia fundadora quedó al margen de la gestión ejecutiva, aunque mantenía la propiedad del negocio, fundado en 1977. El pasado mayo, Benjamín Clarí (que llegó a Kelme a finales de 2006) sustituyó en la presidencia del consejo de administración a Diego Quiles, uno de los fundadores.

La Generalitat ha dado este año una vuelta de tuerca decidida en este proceso con el objetivo de darle viabilidad al proyecto empresarial. El Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) ha diseñado una operación para sanear y reactivar un negocio que arrastra una deuda de 47 millones de euros. La operación ya ha supuesto que a finales de junio el Instituto Valenciano de Fianzas pactara con la familia Quiles, fundadora del negocio, la venta de la propiedad de Kelme a un nuevo inversor cuya entrada en la compañía se espera que sea inminente.

La margarita del nuevo socio para Kelme se deshoja, a priori, entre tres candidatos.

El fondo de capital riesgo Tirant, impulsado por el IVF y en el que participan, entre otros, la CAM, Bancaja, Banco de Santander o Caixa Cataluña, parte como favorito. El fondo nació este año con la intención de invertir en empresas "maduras y consolidadas que buscan nuevas fuentes de financiación", en palabras del director general del Instituto Valenciano de Finanzas, Enrique Pérez Boada.

Junto a esta opción también se baraja la de un grupo alemán que parece dispuesto a entrar en parte del capital del grupo.

La última de las ofertas la ha presentado el empresario murciano Evedasto Lindante, vinculado al voleibol. A falta de concretar el cambio de manos, la operación del IVF incluye también la venta de unos terrenos de dos millones de metros cuadrados que compró Kelme hace años y que permitirán a la empresa reducir la deuda drásticamente y pagar los seis millones que recibirá la familia Quiles por vender el negocio.

Kelme emplea en la actualidad a 103 trabajadores. La compañía, que vivió su etapa más gloriosa en los años ochenta, mantiene la sede, el almacén central y una fábrica de calzado en Elche. La firma, en línea con la evolución vivida por las empresas de sectores manufactureros para poder hacer frente a la competencia de países con menores costes laborales, deslocalizó casi toda la producción, y fabrica en Oriente el 90% de sus productos.

Entre los planes de Kelme, sin embargo, está cambiar esa proporción para que la fábrica de Elche aumente su producción "especialmente en aquellos productos de mayor valor añadido", explican fuentes de la firma zapatera.

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