_
_
_
_
_
Crónica:Fórmula 1 | Gran Premio de Turquía
Crónica
Texto informativo con interpretación

Un pinchazo crucial

Alonso recorta dos puntos a Hamilton, que cede el tercer puesto por un neumático roto, mientras Ferrari logra el doblete

La suerte le devolvió a Fernando Alonso una parte de lo que los comisarios le arrebataron con su sanción en Hungría. La situación del español era muy comprometida -cuarto-, cuando un pinchazo inesperado sacudió el McLaren de Lewis Hamilton y le relegó desde la tercera posición a la quinta. Alonso perdía entonces un punto respecto a su compañero de equipo, lo que hubiera supuesto un nuevo estacazo para sus aspiraciones. Pero al final de la carrera de Istanbul Park, el asturiano concluyó tercero y recortó en dos puntos la distancia que le separa del lider: ahora, Hamilton manda, pero con sólo cinco puntos de diferencia a falta de cinco carreras. El Mundial sigue absolutamente abierto.

El piloto británico perdió dos posiciones en la carrera y acabó quinto, un mal menor
"Tal vez gane el Mundial el que más suerte tenga", concluyó el español, a cinco puntos del líder
Más información
"Hay que subir otra marcha"
La cruz de Hamilton
"Ferrari no quiere a Alonso en 2008, le gusta Hamilton"

Al margen de la lucha por el título, un hecho volvió a quedar al descubierto. La superioridad de Ferrari en los circuitos rápidos sigue siendo incontestable. Felipe Massa y Kimi Raikkonen alcanzaron el segundo doblete de la temporada sin que nadie, ni siquiera Hamilton, perturbara su marcha hacia el triunfo. El finlandés superó al británico en la misma salida y se mantuvo siempre a la estela de Massa, que sumó la tercera victoria del año -quinta de su carrera-, resultado que le permite superar en un punto a Raikkonen en la clasificación: es tercero a 15 del líder.

Para Alonso, el Gran Premio de Turquía debe ser una nueva lección: "Tal vez gane el Mundial quien más suerte tenga". Esta vez, el azar jugó a su favor. El asturiano realizó una pésima salida, fue superado de entrada por los dos BMW Sauber de Kubica y Heidfeld, y viéndose sexto de golpe y porrazo comprendió que sus aspiraciones en la carrera, y parcialmente en el campeonato, quedaban seriamente dañadas. Únicamente su fuerza mental y su espíritu de lucha le mantuvieron centrado y ánimo para seguir guerreando. Intentó en varias ocasiones superar a Heidfeld, pero el alemán era demasiado sólido y su coche excesivamente rápido como para poder adelantarle. Así que tuvo que esperar al primer repostaje para intentar una maniobra que le dejara la pista libre para recuperar tiempo. Los dos BMW iban bastante vacíos y fueron los primeros en entrar a boxes. Alonso lo hizo seis vueltas después de Kubica y una más tarde que Heidfeld. Le bastó para regresar a la pista por delante de ambos, recuperar la cuarta posición y serenar los ánimos. Pero su cabeza aún debía hervir de ansiedad al comprobar que no había manera de alcanzar a Hamilton, el único que está en disposición de arrebatarle el título y cuestionar su liderazgo en McLaren.

Cuando concluyó el primer repostaje, Alonso se encontraba ya a 15 segundos de Hamilton y a 19 de Massa. Así que el podio se había convertido en algo inalcanzable. "Si en la segunda vuelta alguien me hubiera dicho que acabaría tercero, no me lo hubiera creído", confesó Alonso. Sin embargo, el principal problema para el español no era ése, sino que volvía a constatar las dificultades que encuentra para superar a su compañero, una sensación muy nueva en su carrera. En Turquía corría el riesgo de repetir lo que había sucedido en todos los grandes premios desde Canadá, con excepción de Nürburgring, en que el británico sufrió un accidente en la clasificación y otro durante la carrera. Pero esta vez la fortuna acudió en su ayuda. A 15 vueltas para el final, justo antes de que realizara su segundo repostaje, Hamilton sufrió un pinchazo en la frenada de la curva 9 y el mundo se le abrió al asturiano cuando le vio aparecer por su retrovisor en el momento en que concluía su último cambio de neumáticos. La rueda delantera derecha de Hamilton estaba destrozada, pero había resistido 1,5 kilómetros antes de alcanzar su garaje. Dentro de su desgracia, el británico tuvo suerte, porque la escapatoria era de cemento y no pisó la grava. Además, perdió poco tiempo en las rectas y sólo tuvo que afrontar cuatro curvas. El pinchazo le costó dos posiciones, un mal menor en relación a lo que habría podido ocurrirle si se hubiera producido en otro punto del circuito, y también un mal suficiente para que Alonso recuperara la sonrisa. "El podio fue una gran recompensa porque me permite dejar mi 100º gran premio con un buen sabor de boca". Alonso está a cinco puntos de Hamilton y, a pesar de la superioridad de los Ferrari, el título sigue estando a su alcance.

Lewis Hamilton conduce con precaución hasta el taller para cambiar el neumático dañado.
Lewis Hamilton conduce con precaución hasta el taller para cambiar el neumático dañado.REUTERS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_