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El habitante solitario

Daniel Verdú

El Instituto Nacional de Estadística marca una ruta por los cuatro municipios de la Comunidad de Madrid que tienen un solo inmigrante empadronado.

- La Acebeda. "Si hubiera algún inmigrante, yo lo conocería", asegura Paca Espinosa desafiando los datos del INE que sitúan a un extranjero en el padrón de La Acebeda. Ella es la dueña del único bar de este pueblo de la sierra madrileña, de 59 habitantes. Sus 80 años le confieren cierta autoridad para la estadística a ojo. "Que no, Paca. Está el francés", la corrige Adolfo Hernán, el alcalde del pueblo por el PP desde hace dos legislaturas. "Pero sólo viene los fines de semana", añade.

"Estamos en la indigencia. La gente joven del pueblo se ha marchado. Sólo tenemos un niño", explica Hernán apesadumbrado. La media de edad es de 62 años. Pero el alcalde tiene planes de expansión. "Necesitamos que venga gente. Me da igual que sean inmigrantes o españoles. Si vienen a trabajar y son buenos vecinos, a quién le importa de dónde sean". El problema de La Acebeda, como en el resto de municipios cercanos, es que no hay suelo para construir ni viviendas de alquiler.

- Robregordo. A pocos kilómetros de La Acebeda vive desde hace 10 años João, un angoleño de 65 años. Se ha recorrido medio mundo y "por cosas del destino" terminó en este pueblo de 66 habitantes. Trabaja en un hotel-gasolinera de la autovía junto a seis inmigrantes más que viven en otro pueblo.

Las vías del tren atraviesan el pueblo, pero no hay estación. Sus habitantes no son muy optimistas. "Un pueblo sin niños es un árbol sin hojas", dice un anciano royendo un palillo.

- La Serna del Monte. Siguiendo la A-1 hacia Madrid se llega a este municipio de 108 habitantes. "Huy, pero aquí, a todo estirar, vivimos 50 personas en invierno", dice Irene, una vecina.

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El inmigrante de La Serna del que da fe el INE "era un polaco del que hace un año que no sabemos nada", dice el alcalde por teléfono mientras ordeña sus vacas. "Pero tenemos una población joven y, como estamos cerca de la autovía, hay trabajo en la zona. Estamos abiertos a que lleguen más", anuncia el regidor.

El mes que viene se libera una de las pocas casas de alquiler del pueblo y se mudará Ángela, una rumana de 23 años que trabaja en la Tasca de La Serna y que piensa empadronarse en el municipio. "Vivir aquí es más barato. Pagaré 300 euros por una casa", revela entusiasmada.

- La Hiruela. Este pueblo, de 76 habitantes y situado a 1.300 metros de altura, cuenta con un inmigrante ucranio. "Le conocí hace seis años y se vino al pueblo. Ha montado su empresa de construcción y le queremos mucho", explica Francisco Lozán, alcalde del pueblo. "Pero entiendo que, por las características del pueblo, no van a llegar muchos más".

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona en 1980. Aprendió el oficio en la sección de Local de Madrid de El País. Pasó por las áreas de Cultura y Reportajes, desde donde fue también enviado a diversos atentados islamistas en Francia o a Fukushima. Hoy es corresponsal en Roma y el Vaticano. Cada lunes firma una columna sobre los ritos del 'calcio'.

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