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El Temporada Alta cierra con una ocupación del 91%

El festival teatral seguirá apostando por el riesgo y buscará al público inmigrante

Ni los espectáculos extranjeros en lengua original, ni la incertidumbre ante los estrenos, ni las propuestas contemporáneas con vocación más minoritaria han hecho mella en la respuesta entusiasta del público del festival Temporada Alta. El evento teatral, que se ha celebrado en Salt y Girona entre el 6 de octubre y el 6 de diciembre, ha contado con 27.505 espectadores con una ocupación del 91,6%.

Salvador Sunyer, director del festival, admite que la confianza del público les da libertad para continuar con las propuestas de riesgo y las creaciones propias. "Pero sin que se nos vaya la olla", advierte.

Temporada Alta ha programado este año un total de 69 espectáculos en 100 funciones. Los datos suponen un incremento de espectadores de un 19,9% respecto a la pasada temporada. El festival ha colaborado en la producción de 22 obras, 19 de las cuales acabarán haciendo temporada en teatros de Barcelona. Las coproducciones son precisamente una de las líneas que el festival está decidido a potenciar en el futuro. Es ahí donde podrá apreciarse más claramente la creciente apuesta por el riesgo del festival. "Haremos cosas más complicadas, más sofisticadas, más minoritarias y más arriesgadas, pero sin perder de vista que queremos captar también a públicos procedentes de la nueva inmigración", explicó el director.

El festival tiene entre sus objetivos futuros programar más espectáculos destinados específicamente a sectores de la inmigración, con el propósito de conseguir captarlos como público de otras funciones. Este año el tema migratorio ha estado también muy presente en las obras dirigidas por Peter Brook y Àlex Rigola.

Sunyer hizo también un balance artístico muy positivo. "Ha sido el año en que los espectáculos foráneos han tenido un mayor nivel. Destacaría especialmente la obra dirigida por Crystian Lupa, de lo mejor que se ha visto nunca en el festival". Sunyer está decidido a convertir al director polaco en un habitual del festival, de la misma forma en que ha conseguido la fidelidad de los espectáculos de Peter Brook. Otra de las apuestas que el director considera fructíferas ha sido la colaboración entre creadores catalanes y extranjeros. La obra Lúcid, del dramaturgo y director argentino Rafael Spregenlburd, llevada a escena con un equipo de profesionales gerundenses, figura también entre los aciertos de la programación.

Ampliar públicos

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El festival continuará siendo la puerta de entrada a Cataluña del mejor teatro internacional. Los promotores de Temporada Alta han constatado en estos espectáculos extranjeros un incremento de público procedente de fuera de las comarcas de Girona y también de profesionales del mundo escénico: programadores, críticos, actores, directores, etcétera.

La directora general de promoción cultural de la Generalitat, Assumpta Bailac, anunció que la Generalitat facilitará que los mejores espectáculos extranjeros del cartel puedan realizar pequeñas giras por otros teatros catalanes.

En la línea abiertamente experimental, Temporada Alta desea incorporar nuevos espacios escénicos, no necesariamente teatrales, para las propuestas más audaces. Esta temporada, la nave de la vieja fábrica textil Coma-Cros de Salt ya acogió el estreno teatral de King, una adaptación de la novela de John Berger.

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