Los arquitectos europeos premian el edificio Veles e Vents

Veles e vents es el nombre de un poema con el que Ausiàs March invocaba en el siglo XV la fuerza de los vientos, y es también el nombre de un ingrávido edificio del siglo XXI que mira al mar y que acaba de ganar los LEAF Awards, premios europeos de arquitectura. El edificio alberga la sede VIP de la Copa del América, que se disputa en aguas valencianas, y ha sido diseñado por el arquitecto inglés David Chipperfield y por el estudio b720 Arquitectos (encabezado por el español Fermín Vázquez). Los galardones, que otorga el Leading European Architects Forum, reconocen el mérito a arquitectos, productos y diseños europeos que han marcado un hito en la arquitectura y diseño durante el último año. El edificio VIP, también llamado Foredeck, ha obtenido el premio al mejor proyecto global. El año pasado lo ganó la Universidad IT de Copenhague.

El Foredeck es un edificio mirador proyectado y erigido en apenas un año con el fin de convertirse en el hito arquitectónico de la competición de vela más antigua y prestigiosa del mundo. Sus formas escultóricas, volátiles, sus grandes plataformas superpuestas en altura captaron de inmediato la atención desde que se levantó en un extremo de la nueva dársena del puerto de Valencia, junto a la popular playa de la Malva-rosa. El proyecto arquitectónico también incluye la construcción de un parque adyacente que incluye un aparcamiento para 800 vehículos y un paseo ajardinado.

Desde el Foredeck se pueden seguir las regatas de los fórmulas 1 de la vela y ver pasar los barcos del nuevo canal del puerto. Sus dos plantas superiores tienen un uso exclusivo. De momento, sólo pueden acceder a ellas los invitados a la Copa del América, cuya final concluirá el 7 de julio. La planta baja es abierta y en ella se han instalado terrazas, restaurantes y cafeterías, creando una nueva zona de ocio.

El diseño de Chipperfield y Vázquez ganó el concurso frente a competidores como Alejandro Zaera, Jean Nouvel, Von Gerkan y Marg o Carles Ferrater.

Su construcción se realizó en un tiempo récord. Hoy, algunos acabados ya están deteriorados y están siendo restaurados o reemplazados. De hecho, Chipperfield manifestó en junio su orgullo por el edificio en un foro universitario, aunque calificó su calidad de "porquería". Esto provocó una reacción airada de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. Vázquez achacó la polémica a una "mala traducción" de la palabra inglesa rubbish y que ésta sólo aludía a ciertos aspectos de la obra.