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Guerra de ofertas en el sector eléctrico

E.ON tendrá que vender Endesa si otra empresa adquiere la mayoría de capital del grupo alemán

La enajenación de activos de la eléctrica que preside Pizarro está abierta a empresas nacionales y extranjeras

El grupo E.ON, que ha recibido una autorización con condiciones de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) para adquirir Endesa por 25.000 millones de euros, tendrá que deshacer la operación si en algún momento de los próximos diez años otra empresa se hace con la mayoría de capital de la compañía alemana. Ésta es una de las 19 condiciones que ayer detalló, en conferencia de prensa, la presidenta de la CNE, Maite Costa. Según explicó, las condiciones aprobadas por el organismo, que obligan a E.ON a desprenderse del 32% de la potencia instalada de Endesa en España, son "asumibles".

La condición de venta aprobada para E.ON reproduce la impuesta al grupo alemán por el Gobierno de la República Federal de Alemania en 2003 al aprobar la adquisición por la eléctrica de la compañía gasista Ruhrgas.

La presidenta de la CNE asegura que las condiciones impuestas son "asumibles"
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La presidenta de la CNE, que calificó la labor realizada por la CNE de "ejemplo de cómo trabaja un órgano independiente en un Estado democrático", despejó otra incógnita. Los 7.396 MegaWatios de potencia instalada que tendrá que poner a la venta E.ON si quiere controlar Endesa, podrán ser adquiridos no sólo por empresas españolas, sino también por empresas extranjeras. El plazo en el que tendrá que realizarse la venta, una vez que E.ON tome el control de Endesa, está decidido pero no se ha hecho público para no perjudicar el proceso de enajenación.

Fuentes de la CNE aseguraron al respecto que las compañías que aspiren a adquirir esos activos (centrales nucleares, de carbón nacional y los sistemas eléctricos de Baleares, canarias, Ceuta y Melilla) tendrán que pasar, según su dimensión, por un doble filtro: el de la garantía de suministro que marca la llamada "Función 14" de la CNE (vinculante para el Gobierno) y el de la competencia (Función 15), no vinculante para el Ejecutivo.

Las principales condiciones aprobadas para la operación E.ON-Endesa son:

- Endesa, española. Endesa seguirá siendo durante 10 años, sociedad matriz, con domicilio social en España.

- Capitalización. Endesa tendrá que mantener bien capitalizada a su filial española. La relación deuda neta-beneficios antes de impuestos y amortizaciones tendrá que ser menor a 5,25. E.ON deberá informar cada tres meses sobre este apartado.

- Limitación de dividendos. Hasta 2010, las sociedades del grupo con actividades reguladas sólo podrán repartir dividendos cuando sus beneficios superen sus compromisos de inversión, amortización de deuda y gastos financieros.

- Garantía de inversiones. E.ON deberá cumplir todos los compromisos de Endesa en materia de planes de inversión, tanto en electricidad como en gas y en las nucleares. Asimismo deberá garantizar el suministro de gas.

- Nucleares. La CNE obliga a E.ON a vender la central de Ascó I, propiedad al 100% de Endesa. Además deberá ceder la gestión de sus participaciones en Almaraz, Garoña, Trillo y Vandellós a sus socios en los proyectos, Iberdrola y Unión Fenosa principalmente.

- Canarias y Baleares. Endesa tendrá que salir de las islas Canarias, de Baleares y de Ceuta y de Melilla.

- Centrales de carbón. Para asegurar el consumo de carbón nacional y por extensión, el Plan de la Minería del carbón 2006-2012 , E.ON tendrá que vender las centrales de Compostilla, Teruel y el 33% que controla en Anllares.

- Control de ventas. La CNE tendrá que autori

zar cualquier compra superior al 10% o que conceda influencia significativa en Endesa.

El intenso debate del miércoles y del jueves entre los nueve consejeros de la CNE

(cuatro nombrados por el PSOE, cuatro por el PP y uno por consenso PSOE-nacionalistas catalanes) obligó a efectuar más de media docena de votaciones. En las tres primeras hubo acuerdo. Todos los consejeros votaron contra el veto de la operación y contra su aprobación sin condiciones y a favor de imponer limitaciones al control de Endesa. El problema comenzó al debatir las condiciones. El ponente nombrado por el PSOE, Jorge Fabra, no obtuvo, en una primera votación, ningún apoyo a su propuesta de obligar a E.ON a deshacer su fusión con Ruhrgas para hacerse con Endesa. Había otra propuesta, elaborada por la parte más afín al PSOE. Se votó y no prosperó. Fabra se alineó con los cuatro consejeros del PP y la propuesta fue derrotada.

Ante el bloqueo, hubo un receso. Y tras el mismo, aparecieron dos nuevas propuestas. La presidenta del organismo decidió entonces, de acuerdo con las normas de procedimiento administrativo, que se votaran las cuatro propuestas en liza y que se aprobara aquella que obtuviera más votos. A favor de esta tesis votaron también ocho de los nueve consejeros. La primera propuesta obtuvo sólo dos votos de consejeros del PP; la segunda, otros dos, también de consejeros del PP; la del ponente, Fabra, obtuvo un voto y, finalmente, la aprobada, obtuvo cuatro: el de los consejeros Luis Albentosa y Jaime González, el de la presidenta Maite Costa y el del consejero de consenso, Sebastiá Ruscalleda.

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