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ESTILO DE VIDA

Consejos para el verano

El calor y la escasez de agua característicos de esta temporada hacen que las plantas reaccionen comportándose como si estuvieran aletargadas. No se debe abonar en esta época y, aunque parezca contradictorio, conviene espaciar los riegos. Éstas son algunas buenas ideas para realizar en verano

Frente al calor y a la ausencia de lluvias que caracterizan el verano mediterráneo, las plantas reaccionan sumiéndose en un estado de semiletargo parecido al que viven durante el invierno. A mediados de agosto se inicia, sin embargo, un descenso de temperaturas que suele llegar acompañado de alguna que otra tormenta ocasional y que marca el inicio de una segunda primavera.

En estos meses, la regla de oro en cuanto al mantenimiento del jardín es apoyar esta pausa vegetativa y aprovechar el paréntesis para realizar una puesta a punto. Como primer paso se debe interrumpir temporalmente cualquier aporte de abonos y fertilizantes y, por paradójico que parezca, espaciar los riegos.

Entre las tareas que hay que llevar a cabo destacan las relacionadas con la poda. Son muchos los expertos que recomiendan actuar en esta época en lugar de hacerlo a finales de invierno. Y es que hay dos razones de peso. Por una parte, como los cortes tardan menos en cicatrizar, se reduce considerablemente el riesgo de enfermedades. Por otra, se elimina la posibilidad de heladas que echarían a perder los nuevos brotes.

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Si no se ha hecho todavía, lo más urgente será podar los arbustos de hoja caduca que han florecido durante la primavera; entre ellos, celindas, weigelas, kolkwitzias, deutzias o retamas. En estas plantas, las flores se forman sobre la madera nueva, de ahí la importancia de recortar las ramas que ya han florecido, lo que favorecerá una nueva ramificación, y de realizarla, cuanto antes para que ésta haya madurado cuando llegue el frío.

Es también el momento idóneo para realizar las podas de formación de los árboles. En este caso se recomienda no cortar más de un tercio de las ramas, sobre todo en las más bajas, para evitar que el tronco quede desprotegido y se agriete, ya sea por efecto del frío o del calor. Es también muy recomendable vendar con tela de arpillera los troncos de los árboles jóvenes y de los que estén colocados en una situación más expuesta.

Rosales antiguos. Este tipo de rosales no necesitan una poda sistemática, sino tan sólo recortar las ramas secas o estropeadas y eliminar las más viejas o débiles, así se formarán nuevos brotes.

Plantas trepadoras. Entre ellas, las clemátides tempranas y de flor pequeña, como C. balearica, C. armandii, C. alpina o C. montana, a las que se recortan las ramas laterales dejando sólo las dos primeras yemas. Y las glicinias, que requieren un primer corte, también de ramas laterales, hasta 12-15 centímetros de los tallos principales.

Otra poda que debe realizar en estos meses es la de setos y plantas topiarias, es decir, de las plantas recortadas con formas geométricas: esferas, pirámides, conos… Lo normal en estos casos es limitarse a perfilar las formas mediante un recorte ligero.

A la hora de planificar los riegos hay que tener en cuenta que el riego diario sólo está justificado en un jardín recién plantado, ya que durante el primer año todas las plantas necesitan humedad constante en las raíces, aunque eso no significa en ningún caso que deban quedar encharcadas.

En esta época se debe regar siempre a última hora de la tarde para minimizar la pérdida de agua debida a la evaporación y facilitar así que el agua alcance las capas más profundas del suelo.

Una forma muy eficaz de ahorrar agua sin restar color al jardín puede ser sustituir las flores de temporada por arbustos y plantas trepadoras que florezcan en verano. Muchos de ellos provienen además de climas secos y requieren muy poco riego. La mayoría se adaptan perfectamente al cultivo en macetas y jardineras.

Por último, y a partir de la segunda quincena de agosto, conviene empezar a plantar los bulbos que florecen en otoño: ciclamen (C. europaeum y C. neapolitanum), colchicum y azafrán (Crocus sativus).

Arbustos con flor y trepadoras

Arbustos que florecen en verano: adelfa (Nerium oleander), árbol de Júpiter (Lagerstroemia indica), Buddleia davidii, Caesalpinia poinciana, Caryopteris, Ceratostigma willmottianum, clerodendro, Colutea arborescens, Convolvulus cneorum, dama de noche (Cestrum nocturnum), Fucsia, Hebe, Hibiscos (H. rosa-sinensis e H. syriacus), hierbaluisa (Aloysia tripilla), hortensias, Koelreuteria paniculata, Lantana camara, lavanda, Perovskia, sauzgatillo (Vitex agnus-castus), salvias, santolina.

Trepadoras: buganvilla, bignonia y campsis, capuchina (Tropaeolum majus), Cobaea scandens, Ipomea, jazmines (J. officinale y J. humile), Lathyrus latifolius, mandevilla, Mina lobata, pasionaria, Plumbago, pandorea, solano (S. crispum y S. jasminoides), Thunbergia alata.

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