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Tribuna:DERECHOS DE LOS ANIMALES
Tribuna
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El debate de los grandes simios

El autor defiende la iniciativa del diputado Francisco Garrido para que el Parlamento se sume a la protección de los grandes monos.

En su Historia de la Moral Europea, publicada en 1869, el historiador y filósofo W. E. H. Lecky escribió: "En un momento dado los afectos benevolentes abarcan sólo a la familia, y pronto el círculo se amplía primero a una clase, luego a una nación, después a una coalición de naciones, luego a toda la humanidad, y finalmente su influencia se siente en el trato del hombre con el mundo animal..."

La expansión del círculo moral puede estar a punto de dar un importante paso adelante. Francisco Garrido, especialista en bioética y miembro del Parlamento español, ha presentado una moción exhortando al Parlamento a "declarar su adhesión al Proyecto Gran Simio y a tomar a todas las medidas necesarias en los foros y organizaciones internacionales para garantizar la protección de los grandes simios del maltrato, la esclavitud, la tortura, la muerte y la extinción". La resolución no tendría fuerza de ley, pero su aprobación marcaría la primera vez que un cuerpo legislativo nacional reconoce el estatus especial de los grandes simios y la necesidad de protegerlos, no sólo de la extinción, sino también de los abusos individuales.

En 1993 fundé el Proyecto Gran Simio junto con Paola Cavalieri, una filósofa y defensora italiana de los animales. Nuestro objetivo fue garantizar algunos derechos básicos a los grandes simios no humanos: vida, libertad y la prohibición de que se les torture.

El proyecto ha resultado ser polémico. Algunos oponentes argumentan que va demasiado lejos al extender derechos más allá de nuestras especies, mientras otros argumentan que, al limitar los derechos de los grandes simios, no avanza lo suficiente.

Rechazamos por completo la primera crítica. No hay una razón moral sólida que fundamente por qué la posesión de derechos básicos se deba limitar a miembros de una especie en particular. Si nos encontrásemos con seres extraterrestres inteligentes y compasivos, ¿les negaríamos los derechos básicos por no ser miembros de nuestra propia especie? Como mínimo, deberíamos reconocer derechos básicos en todos los seres que muestren inteligencia y capacidad de percepción (lo que incluye cierto nivel de percepción de sí mismos) y que tengan necesidades emocionales y sociales.

Estamos más abiertos a la segunda crítica. El Proyecto Gran Simio no rechaza la idea de que se garanticen derechos básicos a otros animales. Simplemente afirma que estos derechos son particularmente pertinentes en el caso de los grandes simios. El trabajo de investigadores como Jane Goodall, Diane Fossey, Biruté Galdikas, Frans de Waal, y muchos otros demuestra ampliamente que los grandes simios son seres independientes que sienten intensas emociones, que en muchos sentidos se parecen a las nuestras.

Los chimpancés, bonobos y gorilas tienen relaciones de largo plazo, no sólo entre madres e hijos, sino también entre simios no emparentados. Cuando un ser querido muere, lloran su pérdida por mucho tiempo. Pueden resolver rompecabezas complejos que resultan difíciles para la mayoría de los niños humanos de dos años. Pueden aprender cientos de signos y ponerlos juntos en oraciones que obedecen a reglas gramaticales. Evidencian un sentido de la justicia, resintiéndose cuando los demás no devuelven un favor.

Cuando generalizamos como "animales" a los chimpancés junto con, por ejemplo, las serpientes, implicamos que la brecha entre nosotros y los chimpancés es mayor que la brecha entre los chimpancés y las serpientes. Sin embargo, esto no tiene sentido en términos evolutivos. Los chimpancés y los bonobos son nuestros parientes más cercanos, y nosotros los humanos, no los gorilas ni los orangutanes, somos sus parientes más cercanos. De hecho, hace tres años, un grupo de científicos encabezado por Derek Wildman propuso en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias que, en términos genéticos, los chimpancés han demostrado estar tan cerca de los humanos que deberían incluirse en el género Homo.

Como cualquier idea importante y novedosa, la propuesta de Garrido ha generado un considerable debate en España. A algunos les preocupa que pueda interferir con la investigación médica. Sin embargo, la única investigación biomédica europea que ha utilizado grandes simios últimamente es el Centro de Investigación Biomédica de Primates en Rijswijk, Holanda. En 2002, una evaluación de la Real Academia Holandesa de Ciencias concluyó que la colonia de chimpancés no estaba cumpliendo fines de investigación vitales. En consecuencia, el Gobierno holandés prohibió la investigación biomédica en chimpancés: de este modo, en la actualidad no existen investigaciones médicas europeas que utilicen grandes simios, y ha desaparecido una barrera para garantizarles algunos derechos básicos.

Parte de la oposición a esta iniciativa surge de malos entendidos. Reconocer los derechos de los grandes simios no significa que todos ellos deban ser liberados, incluso los que han nacido y han sido criados en zoológicos, ya que serían incapaces de sobrevivir en estado salvaje. Tampoco descarta la eutanasia si beneficia a simios individuales cuyo sufrimiento no es posible aliviar. Algunos humanos son incapaces de defenderse y necesitan personas que actúen como sus custodios, y lo mismo ocurrirá con los grandes simios que vivan en medio de las comunidades humanas. Ampliar los derechos básicos a los grandes simios sí significa que dejen de ser meros objetos que pueden ser poseídos y utilizados para fines de diversión y entretenimiento.

Un grupo final de oponentes reconoce la fuerza de los argumentos para ampliar los derechos de los grandes simios, pero se inquieta por que esto pueda allanar el camino a la ampliación de derechos a todos los primates, o a todos los mamíferos, o a todos los animales. Puede que estén en lo cierto. Sólo el tiempo lo dirá. Sin embargo, eso es irrelevante con respecto al mérito de los argumentos para otorgar derechos básicos a los grandes simios. No debemos limitarnos a hacer algo en el presente por temor a que más tarde nos convenzamos de que debemos hacerlo nuevamente.

Peter Singer es profesor de Bioética en la Universidad de Princeton. Su libro más reciente, escrito junto con Jim Mason, es The way we eat (Cómo comemos). Copyright: Proyect Syndicate, 2006. Traducido del inglés por David Meléndez Tormen

Una bonobo hembra con su cría transporta unos objetos.
Una bonobo hembra con su cría transporta unos objetos.

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