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Las bandas criminales de Brasil intensifican los ataques en São Paulo

La ofensiva ha causado 52 muertos, 50 heridos y motines en 59 cárceles desde el viernes

Juan Arias

La ofensiva lanzada por bandas criminales el fin de semana en el Estado brasileño de São Paulo ha causado al menos 52 muertos, 50 heridos y motines en 59 cárceles con más de 250 rehenes en manos de los reclusos. La más cruenta ofensiva criminal en el Estado más rico y poblado de Brasil, que comenzó la noche del viernes con ataques a comisarías en diferentes partes de São Paulo sobre todo por parte de miembros de la banda Primer Comando de la Capital (PCC), contabiliza un centenar de asaltos.

Las mafias quieren impedir que sus jefes en prisión sean trasladados a cárceles remotas

La Secretaría de Seguridad Pública paulista aseguró que los ataques son una represalia por la decisión de las autoridades de trasladar a cárceles alejadas de la ciudad a los jefes del crimen organizado, para evitar que sigan dirigiendo las actividades delictivas.

El mismo organismo informó de que entre los 52 muertos hay 35 agentes del orden, entre policías, miembros de la guardia metropolitana y funcionarios de prisiones, así como tres civiles y 14 miembros de las bandas que han perpetrado los ataques y los motines.

La ciudad de São Paulo, que aporta el 30% del PIB nacional, capitaliza un tercio de los votos del país y está considerada la capital económica y financiera. La urbe más grande de Suramérica, con 20 millones de habitantes (el Estado tiene en total 40 millones), está de luto y con miedo. Han sido anuladas todas las libranzas de los agentes de seguridad, al tiempo que el Ministerio de Justicia ha puesto al cuerpo de Policía Federal a disposición del gobernador del Estado, Claudio Lembo, para patrullar los puntos neurálgicos de la ciudad y los lugares donde se produjeron los ataques armados.

El temor ahora es que la ciudad se convierta en una especie de "Beirut brasileña", ya que los ataques están revelando la formidable organización de las bandas criminales, que actúan en conexión con los jefes presos en las cárceles de máxima seguridad. Para algunos analistas, se trata ya de un "nuevo tipo de terrorismo", algo que no existía en el país.

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El presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, declaró desde Viena, donde asistió a la cumbre UE-América Latina, que "lamenta profundamente" lo ocurrido estos días en São Paulo, y que la raíz de todo está en la falta de gasto social. Para Lula, cuesta menos tener un niño en la escuela hasta la universidad que a un joven en la cárcel.

Plan de choque

En alusión directa al ex gobernador de São Paulo Geraldo Alckmin -candidato del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) que disputará las elecciones presidenciales de octubre próximo-, Lula dijo que, al revés de lo que defiende su contrincante, es decir, una "política de choque" para que el Estado gaste menos, él lo que propone es un "plan de choque de inclusión social".

Las autoridades policiales paulistas, por su parte, se quejan de dos cosas: de la falta de inversiones por parte del Gobierno central en seguridad y de que el número de presos en las cárceles del Estado es demasiado para la dimensión de las instalaciones. La región de São Paulo tiene el mayor índice de violencia y criminalidad del país. Sólo en la capital se produce un secuestro cada 48 horas.

Desde el viernes también se han producido 59 motines en distintos presidios del Estado, donde está concentrado el 40% de los 140.000 reclusos que integran la población carcelaria del país. Varios de estos motines fueron sofocados por la policía, aunque hasta la madrugada de ayer había amotinamientos en al menos una veintena.

Presos menores de edad, amotinados en la prisión de Febem, en el Estado de São Paulo.
Presos menores de edad, amotinados en la prisión de Febem, en el Estado de São Paulo.EFE
Un policía vigila la cárcel de Guarulhos, cercana a São Paulo, ayer durante un motín de los presos.
Un policía vigila la cárcel de Guarulhos, cercana a São Paulo, ayer durante un motín de los presos.EFE

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