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Crónica:Atletismo | Campeonatos del Mundo en pista cubierta
Crónica
Texto informativo con interpretación

Alozie se reengancha a la gloria

La española de origen nigeriano consigue la medalla de plata en los 60 metros vallas

Carlos Arribas

En la semana de la mujer trabajadora, el sábado, ayer, fue el día de la mujer que salta y corre. En España y en el mundo. Celebración centralizada en Moscú, donde Glory Alozie obtuvo una inesperada medalla de plata en 60 metros vallas; donde Concha Montaner exhibió su nueva madurez, la que la convertirá, dentro de nada, en mujer de siete metros, y se clasificó, con un solo salto, para la final de longitud; donde Ruth Beitia, que ya es chica de dos metros, aunque aspira a crecer más aún, mostró una seguridad espléndida en la calificación de altura; donde Yelena Isinbayeva se proclamó de nuevo, como se esperaba, campeona del mundo de pista cubierta, aunque, sorpresa, sorpresa, no logró batir por vigésima vez el récord mundial de salto con pértiga (tres nulos sobre 4,93 metros después de ganar el Mundial con 4,80 metros); donde Naroa Agirre, espectadora privilegiada, de primera fila, de los intentos de récord de su colega rusa, volvió a superar su récord de España de 4,50 metros, rozó un par de veces los 4,55 metros y terminó sexta.

"Creo mucho en mí, en mi entrenador. El Señor nunca falla. Sabía que un día me iba a curar"
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En Moscú, donde Glory Alozie se asfixia de calor por las noches, donde suda bajo el edredón en una habitación de hotel iluminada por el resplandor de la nieve que cae, por el reflejo de los tejados blancos, donde se destapa y se enfría. "Sufro mogollón, toda la noche tosiendo, con mocos", explicó la atleta nigeriana, de 28 años, que vive en Valencia desde 1997 y que obtuvo la nacionalidad española en 2001. "Pero lo que más me cuesta es madrugar". Fue en Moscú donde la vallista de bolsillo (1,56 metros, 52 kilos), dinamita pura en versión reducida, músculos explosivos, de goma, obtuvo su cuarta plata de gran nivel (Alozie fue, compitiendo con Nigeria, subcampeona mundial en Sevilla 99 y subcampeona olímpica en Sydney 2000; como española, fue plata en el Mundial en pista cubierta de Birmingham 2003, y como apátrida fue oro fugaz en el Europeo 'indoor' de Viena 2002: Francia reclamó aduciendo que no podía competir como española y fue desposeída del título en los despachos). Fue en Moscú, fue ayer, donde Glory Alozie "se enganchó otra vez a la élite mundial", en palabras de su entrenador, Rafa Blanquer.

"Y si llega a salir bien de tacos...", continuó Blanquer, un hombre feliz, un hombre nervioso, más nervioso aún que su campeona, un técnico que también, de paso, se reengancha a la crema del oficio. "Sí, los tacos", dijo Alozie, "los tacos, pero aunque sea plata estoy contenta; vine con 7,96s, una marca que ni siquiera estaba entre las diez mejores del mundo este año y mira..." Y ni siquiera le importó a Alozie que la vencedora fuera una pálida irlandesa de Cork, grandota, llamada Derval O'Rourke, una mujer inexistente hasta hace un mes, cuando empezó a ganar reunión tras reunión y a dar grandes mordiscos semanales a sus marcas, llegada de ninguna parte hasta lo más alto. Ayer ganó con 7,84s, nuevo récord de Irlanda. En 7,86s se quedó Alozie, a tres centésimas de su récord español. "Pero es que yo nunca me fijo en las demás", explicó Alozie. "Si lo hago me despisto de lo mío. Si ni siquiera me he fijado que en mi semifinal se había caído Freeman". Y sin embargo, aquello, la caída de la atleta jamaicana, la gran favorita del Mundial, fue la segunda señal que le llegaba a Alozie de que iba a ser el día de su recuperación. La primera la recibió recién amanecido casi, cuando disputó, a las 10 de la mañana (dos horas menos en España), la primera serie. Terminó tercera, con 8,03s, unos datos que le habrían valido a cualquier observador imparcial para borrarla inmediatamente de su quiniela. Pero para Alozie significaba lo contrario. "Qué bien", dijo, aún con legañas en los ojos. "Si normalmente en las series matutinas hago 8,13s o más. Esto está muy bien".

Como es su hábito, como su gente preveía, Alozie siguió mejorando a lo largo del día, pasó sin problemas la semifinal y en la final dio el golpe que tanto necesitaba, el bofetón a más de un año de miserias, lesiones, dolores y baja forma que la habían mantenido en la sombra. "Pero yo nunca dudé de que volvería", dijo Alozie. "Creo mucho en mí, creo mucho en mi entrenador, creo que el Señor nunca falla. Sabía que un día me iba a curar". "Ha sido el primer invierno en mucho tiempo en que ha podido hacer trabajo de velocidad", explicó Blanquer. "Si no eran los isquiotibiales, era la rodilla, pero hemos trabajado muy bien todos en equipo para recuperarla".

Y ante tanta exuberancia, ante tantas mujeres españolas que saltan y corren como nadie, los atletas españoles lucharon para mantener el tipo. Lo consiguieron, aunque sin alardes. Juan de Dios Jurado, de Jaén, corrió muy bien su semifinal de 800 metros y consiguió un hueco entre los mejores del mundo en una de las finales de más nivel de un campeonato demasiado marcado por las ausencias. Pero en 800 no falta casi nadie: están Bungei, Borzakovski, Mulaudzi. Y Jurado, un exponente de la gran calidad del 800 español. Y en 1.500 metros, donde Heshko se impuso a Kipchirchir, Sergio Gallardo, berciano, corrió mal, se enzarzó en una guerra de codos con el marroquí Baba, que no le dejaba colocarse donde quería, y aun así acabó quinto, un puesto que le dejó con ideas contradictorias. "Jo, quinto del mundo está muy bien", dijo, "pero, la verdad, es que tal como ha sido la carrera, lenta, podía haber logrado una medalla".

RESULTADOS

FINALES. Hombres: 1.500 metros: 1. I. Heshko (Ucr.), 3m 42,08s. 2. D. Kipchirchir (Ken.), 3m 42,55s 3. E. Angwenyi (Ken.). 3m 42,98s. 4. H. Akkas (Turquía), 3m 43,61s. 5. Sergio Gallardo, 3m 43,77s. 60 metros vallas: 1. T. Trammell (EE UU), 7,43s. 2. D. Robles (Cuba), 7,46s. 3. D. Arnold (EE UU), 7,52s. Altura: 1. Y. Rybakov (Rusia), 2,37 metros. 2. A. Tereshin (Rusia), 2,35. 3. L. Thrnblad (Suecia), 2,33. Longitud: 1. I. Gaisah (Ghana), 8,30 metros. 2. I. Saladino (Panamá), 8,29. 3. A. Howe (Italia), 8,19.

Mujeres: 3.000 metros: 1. M. Defar (Etiopía), 8m 38,80s. 2. L. Shobukhova (Rusia), 8m 42,18s. 3. L. Chojecka (Polonia), 8m 42,59s. 60 metros vallas: 1. D. O'Rourke (Irlanda), 7,84s. 2. Glory Alozie, 7,86s. 3. S. Kallur (Suecia), 7,87s. Pértiga: 1. Y. Isinbayeva (Rusia), 4,80 metros (intentó batis su récord del mundo, pero falló los tres intentos sobre 4,93). 2. A. Rogowska (Polonia), 4,75. 3. S. Feofanova (Rusia), 4,70. 4. M. Pyrek (Polonia), 4,65. 5. V. Boslak (Francia), 4,65. 6. Naroa Agirre, 4,50.

Alozie, durante la final de ayer.
Alozie, durante la final de ayer.EFE

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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