"Quiero salir del tópico del tipo con el pianito de juguete"

Pascal Comelade siempre ha vivido en un universo propio; eso sí, un universo compartido cada vez por un mayor número de seguidores. Ahora el compositor e intérprete de la Cataluña francesa vuelve a desafiar las leyes del mercado y, en un momento en el que toda la industria discográfica coincide en que no se venden discos, Comelade aparece con dos nuevas ediciones bajo el brazo: Espontex Sinfonia y La manera més salvatge, éste último compartido con el poeta Enric Casasses (ambos editados por Discmedi).

"Que aparezcan dos discos al mismo tiempo no es una opción determinada, simplemente las mezclas fueron largas, las hicimos en el mismo estudio y, al final, teníamos todo el material al mismo tiempo", explica Pascal Comelade con total naturalidad, quitando hierro a la coincidencia. "Son discos muy diferentes. El dúo con Casasses es más o menos el reflejo del recital que llevamos haciendo juntos desde hace cinco o seis años y la Espontex Sinfonia se enmarca más en mis trabajos de búsqueda sobre la música popular".

"Yo puedo vivir sin móvil ni ordenador, pero mi música no. Pese a ello conservo una relación con la música muy física"

El músico ha editado Espontex Sinfonia y La manera més salvatge, este último compartido con el poeta Enric Casasses

En un momento en el que la palabra parece convertirse en un bien de difícil intercambio, un disco de poesía es algo así como un oasis en el desierto. "Enric Casasses no es ni un cantante, ni un rapsoda, ni un showman. Lo suyo es un flujo verbal que llega directamente al público", prosigue el músico, recordando los 25 años que lleva actuando en público junto al poeta.

"En directo no se trata de un concierto normal, se crea una situación muy especial y los resultados dependen mucho en función tanto del día o del humor como del local o del público", comenta. "La gente no reacciona ante determinadas frases o palabras sino ante el todo. El impacto es global, es otra manera de entender la poesía, sobre todo en las actuaciones que se realizan en la calle". El pasado año Enric Casasses y Pascal Comelade ofrecieron 25 actuaciones conjuntas con este espectáculo. "No se trata de llevar la poesía a la calle, sería muy pretencioso. Nunca hemos pensado en el aspecto pedagógico".

Espontex Sinfonía es radicalmente distinto. La palabra no tiene cabida y las músicas se dividen entre pequeñas interpretaciones con sencillos instrumentos hasta coblas o bandas. "Buscaba algo diferente", afirma Comelade en un pausado catalán con innegable acento norteño. "Mi gran problema es salir de la imagen tópica del tipo con el pianito de juguete. Cada uno debe cargar con su pasado y yo no reniego del piano de juguete, todavía lo utilizo, pero he hecho y estoy haciendo muchas más cosas. Reconozco que este disco es algo caótico pero representa fielmente mis tres últimos años de trabajo. La práctica musical es el acompañamiento de la vida y yo intento ser siempre muy personal en mi trabajo".

La electrónica y los ordenadores forman una parte importante de la música de Pascal Comelade, que, en cambio, se define personalmente en el extremo opuesto. "Yo puedo vivir sin móvil ni ordenador, pero mi música no. A pesar de ello conservo una relación con la música muy directa, muy física, y eso se aprecia mucho más en el directo".

El próximo mes de junio Pascal Comelade presentará este trabajo con una gira española para la que todavía no están cerradas las fechas. "El público ha ido cambiando en todos estos años, ahora es más amplio, más mezclado, y, sobre todo, cada vez menos dogmático".

Comelade constata que hace cinco o seis años sus actuaciones se resumían casi todas en festivales o ciclos de vanguardia, pero que ahora, en cambio, la mayoría se llevan a cabo en teatros municipales o fiestas mayores de pueblos. "En estas cosas ahora todo es menos torturado que antes, es mucho más agradable", concluye.