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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Menos paro que Europa

A pesar de que en diciembre la evolución concreta del paro registrado no fue nada estimulante -sumó 7.357 desempleados más-, lo cierto es que la economía española ha conseguido un éxito importante al situar su tasa de paro (8,42%) por debajo de la media europea (8,7%). No es un logro baladí si se tiene en cuenta que en los primeros años de la década de los noventa el desempleo era la principal preocupación de los españoles, mientras que hoy, sin dejar de constituir un problema, ya no es motivo de angustia.

A pesar de que los políticos iluminados suelen atribuir las buenas noticias del mercado laboral a la aplicación de sus recetas mágicas, lo cierto es que se deben más al buen sentido continuado y a la moderación de los agentes sociales que a las genialidades políticas de rigor. La mejora del mercado laboral es, sobre todo, mérito de la eficacia empresarial para invertir y crear empleo y de los trabajadores y sus representantes, que han moderado el crecimiento de sus rentas para asegurar la viabilidad de las empresas.

Ahora bien, el mercado laboral nunca ha sido de color rosa, y ahora tampoco. El sistema económico presenta indicios inequívocos de que se está agotando el periodo en el que la tasa de creación de empleo igualaba, incluso superaba, a la tasa de crecimiento del PIB. Las cuentas de los tres últimos meses reflejan un repunte del número de parados (unos 100.000) en sectores como la industria y la construcción, lo que dice alto y claro que algunos de los motores del crecimiento económico pierden capacidad de empuje.

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Pero los problemas más sangrantes del mercado laboral son la elevadísima temporalidad y la precaria situación del empleo femenino. La reducción del paro durante el ejercicio se ha concentrado casi exclusivamente en los hombres. Este desequilibrio no obedece sólo a motivos económicos; también a usos y costumbres arraigados. Probablemente mejoraría el mercado laboral femenino si se intensificara la utilización de contratos a tiempo parcial. Por eso es tan necesaria una reforma meditada del mercado de trabajo; y por eso es tan urgente.

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