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Felipe González: "La crispación se calmará si los crispadores llegan al poder"

El ex presidente del Gobierno Felipe González definió ayer la estrategia de crispación de la vida pública española que a su juicio ha emprendido el PP como un ejercicio de grave irresponsabilidad que pone en riesgo la convivencia y que "sólo se tranquilizará cuando los crispadores llegan el poder". La causa real de esa crispación, según su análisis, no es éste o aquel tema político en particular, sino un hecho mucho más simple: que el PP, "cuando no tiene el poder, no soporta que otros lo tengan".

González, que clausuró ayer en Lisboa el seminario Pensar en Democracia, afirmó también que el último comunicado de ETA "no comporta ningún hecho relevante o nuevo" salvo la "afirmación disparatada" de hablar también en nombre del pueblo catalán. Y añadió que todos los Gobiernos democráticos han intentado terminar con el terrorismo por todas las vías, incluido el diálogo, y que "ninguno cuando lo intentó tuvo una oposición tan descalificadora y feroz, casi de traición a la patria", como la que a su juicio tiene ahora el Gobierno socialista.

El ex presidente acusó al PP de caer de bruces en el fundamentalismo democrático. "La democracia no es una ideología. Los que la han adoptado como tal se convierten en fundamentalistas democráticos, normalmente son conversos a la democracia". Aunque quienes han luchado por la democracia "toda la vida, comprenden muy bien que no se trata de una ideología, sino de un marco de convivencia para todos".

En declaraciones realizadas durante un receso del seminario internacional que fue inaugurado por el presidente portugués, Jorge Sampaio, González dijo que la primera obligación de los líderes políticos, "sobre todas las demás", es "no poner en riesgo la convivencia tensando las relaciones".

"Un error histórico"

Para González, el PP comete "un error de dimensión histórica, porque una vez que se crea la crispación y ese nivel de enfrentamiento interterritorial, desactivarlo cuesta más que crearlo". "Dicen que se está rompiendo España y yo no veo por dónde", ironizó el ex presidente, que advirtió de que el actual clima político "sólo se tranquilizará cuando los crispadores tengan el poder". "Entonces desaparecerá [la crispación] y parecerá que es un milagro de los gobernantes", afirmó.

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Entrando a fondo en el asunto, González incluso esbozó una breve teoría histórica del uso y abuso de la crispación en España: "Hasta 1990, poder y oposición, fueran quienes fueran, a veces tenían una relación tensa pero no utilizaban sistemáticamente la crispación política como arma de desgaste del poder". Después, continuó, "una nueva generación empezó a utilizar la crispación" como método político: una crispación total, absoluta, en la que "no hay límite para la tarea crítica de la oposición, ni siquiera el terrorismo".

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