Mano a mano con la Tomatina
La Tomatina de Buñol no faltó a su cita como cada último miércoles de agosto y protagonizó uno de los eventos festivos más internacionales de España. Se repartieron generosamente 113.000 kilos de tomates entre los más de 30.000 participantes que, venidos de todos los rincones de nuestro planeta, hicieron que la principal calle de Buñol (Valencia) rezumara el abundante caldo rojizo de esta hortaliza que lleva 60 años lanzándose en la singular batalla de la Tomatina. La fiesta del tomate sólo dura una hora, el tiempo que cinco camiones cargados hasta arriba tardan en hacer el recorrido. Tras la carcasa final no se debería tirar más tomate, ni tampoco camisetas, pero en esta ocasión los efectivos de la policía local y Protección Civil tuvieron que desalojar a varios de los participantes que no querían dejar de lanzarse todo lo que encontraban a su paso. Después, y gracias al adelanto en una hora de la fiesta, los vecinos y las brigadas municipales limpiaron con mayor rapidez las calles de la localidad desde las que se extraen toneladas de basura entre camisetas, restos de tomate y zapatos. Afortunadamente esta particular guerra tomatera se saldó sin heridos de consideración, solamente hubo uno al que pasó la rueda de un camión por encima sin causarle daños mayores, además de alguna lipotimia, contusiones y cortes que los equipos médicos fueron solucionando. El Ayuntamiento de Buñol ha sabido sacar su rentabilidad a la Tomatina por primera vez en este año puesto que gracias a los ingresos obtenidos por la grabación de imágenes y un anuncio de televisión ha conseguido 21 millones de las antiguas pesetas, con lo que paga con creces los cuatro millones que cuestan las toneladas de tomate procedentes de la cooperativa castellonense Medicitrus.-
