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La NASA abandona la idea del transbordador en el diseño de sus futuras naves espaciales

Para su próxima generación de naves espaciales, la NASA ha decidido abandonar los principios de diseño de los anticuados transbordadores. En su lugar, los nuevos vehículos formarán una familia de cohetes tradicionales más seguros y más potentes. El plan separa las funciones de poner en órbita personas y cargas y colocará tanto a astronautas como equipos en la punta de los cohetes, lo más lejos posible del peligro de los motores encendidos y de los desprendimientos de material que fueron responsables de los accidentes del Challenger y Columbia en 1986 y 2003.

El director de la NASA, Michael Griffin, ha destacado que los nuevos vehículos serán más seguros: "Si ponemos a la tripulación y la carga útil valiosa por encima de los depósitos, no nos importará lo que se desprenda".

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El Congreso tendrá que aprobar la propuesta y quedan muchas dudas pendientes. John E. Pike, director de GlobalSecurity.org, se pregunta cómo la NASA va a poder mantenerse dentro de su presupuesto mientras continúa pagando miles de millones de dólares por el transbordador y desarrolla una nueva generación de cohetes y cápsulas.

Quienes apoyan el nuevo plan afirman que permitirá que los astronautas regresen a la actividad de la exploración en lugar de estar dando vueltas indefinidamente a la Tierra. Los tres transbordadores actuales serán retirados en 2010, bajo el plan de la Administración Bush, que pretende que los astronautas regresen a la Luna y tal vez vayan a Marte.

En la nueva generación, el vehículo mayor, para cargas pesadas, tendría unos 100 metros de altura; el pequeño, para personas, también sería más alto que el sistema del transbordador (56 metros). Las naves espaciales no parecerán ya aviones, sino que tanto los astronautas como la carga irán en cápsulas en la punta del depósito principal y no sujeta a un lateral del mismo. En lugar de aterrizar, descenderán con paracaídas.

Una de las grandes ventajas del nuevo sistema, dicen sus partidarios, es que el cohete mayor podrá elevar cinco o seis veces más carga que el transbordador (cien toneladas en comparación con las 20 de las naves actuales). La idea es que la tripulación despegue en la cápsula y que ésta se una en el espacio con naves que el cohete grande habrá puesto en órbita. "Es seguro, simple y rápido" dice el ex astronauta y ahora experto de la empresa ATK Thiokol.

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