Centenario de Genaro Lahuerta
Han aparecido recientemente algunas noticias sobre Genaro Lahuerta, el centenario de su nacimiento y la celebración del mismo. Concretamente, en estas mismas páginas, hace unos días, una columna de Don Martí Domínguez ensalzaba al artista y a su obra y se lamentaba de ese supuesto olvido con precisa, y hasta incisiva, pluma. Comparto con el autor todos los elogios sobre Genaro, a quien conocí, traté y me honré con su amistad, como con la de su esposa y sus hijos, admirando siempre la honestidad de su pintura, la agudeza de sus dibujos y, según dicen todos sus discípulos, la gran labor docente realizada en el viejo caserón del Carmen.
Con la única finalidad de informar al lector, quisiera precisar -en mi condición de asesor de exposiciones de la Consejería de Cultura desde hace unos meses- que ese centenario no ha sido en absoluto ignorado. De hecho, el propio consejero Font de Mora habló de esa actividad en concreto en su última rueda de prensa sobre las exposiciones del Consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana para el 2005 y 2006 (prácticamente todas orientadas hacia la recuperación y estudio de épocas y figuras significativas de la plástica valenciana), y la situación es como sigue: se han mantenido diversas reuniones con su familia más directa, se ha contactado con los colaboradores precisos y se ha llegado a un pleno acuerdo de realizar en el año próximo una exposición que, sin repetir el planteamiento de la excelente antológica que se presentó en Bancaixa en 1987, aproxime al visitante a aquellos aspectos más sugerentes y menos estudiados de su larga trayectoria, insistiendo especialmente en su conexión con la vanguardia española (artística y literaria) de los años treinta y cuarenta.
Además, en conversaciones habidas entre el Presidente de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC) y el propio consejero, se acordó firmar un acuerdo para que esa exposición pueda presentarse también en Madrid y, al mismo tiempo, y con la colaboración del mencionado organismo, poner en marcha el catálogo razonado de sus obras, tarea que es tan necesaria como compleja y que será sin duda el mejor instrumento, cuando se concluya, para fijar en la memoria colectiva de los valencianos la figura de Genaro Lahuerta. Estoy por otra parte seguro de que la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y la de San Carlos de Valencia, de las que fue miembro distinguido, así como sus queridas Escuelas de Bellas Artes -hoy Facultad- y de Artes y Oficios, que dirigió, se sumarán de alguna forma a ese esfuerzo para que se convierta en fecunda realidad.
