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El equipo alemán favorecido por un árbitro cobró de un desconocido

El escándalo de los sobornos en el fútbol alemán crece día a día y degenera en un culebrón con ingredientes de novela negra. El Padernborn, el equipo de Segunda B que en agosto eliminó de la Copa al Hamburgo gracias al árbitro corrupto Robert Hoyzer, anunció ayer que su capitán, Warerink, recibió 10.000 euros antes del comienzo del partido de "un hombre de aspecto meridional". Al tiempo, desencadena un enfrentamiento entre clubes al insinuar que jugadores del Hamburgo podrían estar implicados en el arreglo del encuentro.

En Alemania, las primas por ganar se consideran sobornos. En 1971 muchos futbolistas recibieron fuertes sanciones por cobrar de terceros. En el caso actual, Warerink interpretó un salto a la piscina que sirvió a Hoyzer de pretexto para pitar un penalti inexistente y, al final, dio 500 euros a cada uno de sus compañeros. El Hamburgo exige ahora la repetición del duelo y, si lo gana, jugar las siguientes eliminatorias contra los rivales del Padernborn.

La Fiscalía de Berlín emitió órdenes de prisión contra tres hermanos croatas sospechosos de haber organizado los sobornos. En la redada del viernes, la policía encontró en el café de su propiedad dos recibos de ganancias en apuestas por 1 y 1,7 millones de euros. Uno de ellos, estudiante, tiene dos millones en su cuenta corriente. Un cuarto detenido, el gerente, quedó en libertad.

Advertencias desoídas

Mientras tanto, aumentan las críticas contra el papel desempeñado por la federación (DFB). La principal casa de apuestas asegura que la advirtió en su día y que denunció a la policía las sospechas de estafa ante el volumen de los insólitos pronósticos a favor del Padernborn. Todo indica que la DFB barrió debajo de la alfombra y no investigó nada. A su vez, la policía se limitó a una investigación rutinaria y cerró en falso un asunto convertido en un procedimiento penal por estafa organizada por banda criminal. Por este delito las penas pueden ser de diez años de cárcel.

De Hoyzer sólo se sabe que se encuentra a buen recaudo en un hotel y que podría actuar como testigo de cargo en el proceso.

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