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El PP de Alicante considera una amenaza para la convivencia la presencia de más inmigrantes

El portavoz municipal se opone a que Trasmediterránea amplíe los enlaces con Argelia

Pedro Romero Ponce, portavoz del gobierno municipal de Alicante, del PP, realizó ayer, en su nombre y en el de "la mitad" de los concejales del Grupo Popular, un alegato contra la inmigración irregular, a la que culpó del incremento del paro en Alicante y de copar plazas en colegios públicos, en la sanidad y en las prestaciones de los servicios sociales. Romero consideró "una amenaza" que la compañía Trasmediterránea establezca un nuevo enlace marítimo entre Orán (Argelia) y Alicante "para traer a muchos más [inmigrantes] que harán difícil la convivencia".

Romero matizó con cautela sus palabras. "Sé que pican", dijo. Pero se trata, explicó, de una opinión compartida por al menos la mitad de los concejales del gobierno local -los adscritos al sector zaplanista-. "Queremos expresar, con la formalidad que el caso requiere, nuestra preocupación por cómo se está poniendo Alicante con la la llegada masiva de inmigrantes", proclamó en conferencia de prensa.

Aunque concejales del PP alicantino llevan tiempo "preocupados" por la proliferación de inmigrantes en la ciudad, el detonante de la denuncia de Romero ha sido el anuncio de la compañía Trasmediterránea de establecer, a partir del 29 de marzo, una nueva línea entre Alicante y Argelia para competir con la naviera que ahora realiza el servicio. Para Pedro Romero esa nueva línea marítima, que prevé operar con un transbordador diario en verano y con dos semanales en invierno, supone "una amenaza", porque vendrán muchos más inmigrantes que "harán muy difícil la convivencia".

El portavoz del PP detalló cuáles son a su entender esos problemas de convivencia. "Está subiendo el paro estrepitosamente [Alicante es la provincia donde más creció el desempleo en 2004] porque hay gente que se apunta al paro cuando lleva aquí un tiempo y tiene unos derechos por el hecho de estar en territorio español", justificó Romero. También acusó a la inmigración "desordenada" de los problemas de plazas en los colegios, de la saturación de la sanidad pública y de la congestión de los servicios sociales. "En Alicante nunca se acaban de hacer los colegios que se precisan porque se está matriculando a cientos de críos durante un curso cuando no se les esperaba", explicó.

La culpa de la inmigración irregular es, a su juicio, de la Administración central, que "no está tomando cartas en el asunto para arreglar el problema de una vez por todas". Romero matizó: "Aquí no hay nadie contra la inmigración, nadie, pero seamos ordenados y hagamos las cosas debidamente. No se pueden abrir de esta forma las fronteras", añadió.

En la reunión "informal" en la que los concejales del PP hablaron de la nueva línea marítima participaron, entre otros, las dos ediles zaplanistas relegadas por el alcalde, Luis Díaz Alperi, en la remodelación de su gobierno, y el concejal de Sanidad y Comercio Juan Zaragoza. La inquina de éste con el colectivo de inmigrantes indocumentados no es nueva. Zaragoza llegó a apostar a agentes de la Policía Local en una calle de Alicante para que contaran el número de inmigrantes que la transitaban.

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Pedro Romero aseguró que el alcalde, Luis Díaz Alperi, hizo unas declaraciones similares a las suyas en un programa de la Cope, por lo que entiende que las comparte. Díaz Alperi se encontraba ayer enfermo y no acudió al Ayuntamiento, según comunicó el gabinete de prensa municipal. Pero un concejal campista aseguró que los ediles que respaldan al alcalde no comparten "en absoluto" las declaraciones del portavoz.

Salvador Roig, de CC OO, valoró las palabras de Romero como "una barbaridad institucional" carente de fundamento que busca "esconder la ineficacia y la mala gestión del PP en la dotación de las infraestructuras básicas". A su juicio, señalar a los inmigrantes como los chivos expiatorios del déficit de los servicios públicos es una "irresponsabilidad" y un "atentado a los derechos fundamentales de estas personas que puede generar problemas de convivencia así como fomentar en la ciudadanía actitudes xenófobas y racistas".

El responsable de la UGT de L'Alacantí, Óscar Llopis, aseguró: "esas declaraciones nos devuelven a una época en la que Romero se desenvolvía bien, pese a la falta de libertades. Este tipo de manipulación alenta a una minoría con actitudes de tipo racista y xenófobo y no favorecen la integración".

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