_
_
_
_
_
Aulas

Un estudio alerta sobre la falta de seguridad en las instalaciones deportivas de los colegios

La Universidad de Jaén analiza los riesgos laborales del profesor de Educación Física

Porterías mal ancladas, canastas no acolchadas, pistas sucias y deterioradas que no guardan la distancia de seguridad con bordillos y vallas y tomas de luz al descubierto en vestuarios son algunas de las deficiencias constatadas en un estudio piloto realizado por la Universidad de Jaén en 50 centros de educación primaria y secundaria de las provincias de Jaén y Cádiz. Realizado por los investigadores Pedro Ángel Latorre, de la Universidad de Jaén, y Julio Ángel Herrador, profesor del IES Antonio Muro de Cádiz, esta primera muestra se verá completada por el análisis de otros 300 centros escolares representativos de toda la comunidad.

Bajo la denominación Centro escolar: ergosistema saludable. Riesgos en relación con los recursos materiales y didácticos, espacios y equipamiento deportivo en educación física, los dos investigadores alertan sobre el incumplimiento de la normativa establecida en materia de seguridad tanto en la utilización de los equipamientos como en la de los espacios en los que se desarrolla la clase de Educación Física.

Como herramienta de su investigación los dos profesores han elaborado una ficha con un centenar de observaciones basadas en la normativa sobre instalaciones deportivas y de esparcimiento (NIDE), fijada por el Consejo Superior de Deportes, además de otras normas españolas y europeas sobre equipamientos deportivos, pavimentos e iluminación. "Con la colaboración de los profesores de Educación Física, esta ficha servirá para hacer el peritaje a las instalaciones y equipamientos deportivos de los centros seleccionados para el estudio", explica Julio Herrador, profesor también en la Universidad de Cádiz.

A juicio de los dos profesores, detrás de la aparente "dejadez" de la seguridad en las clases de Educación Física se esconde la falta de reconocimiento de esta materia como una asignatura importante para la promoción de la salud y de la educación integral de los individuos. "Todavía hoy se sigue considerando la Educación Física como una materia inferior a otras. Sin embargo no podemos aceptar que todo vale cuando está en juego la salud tanto de los alumnos como la del propio profesor", resalta Latorre.

En una encuesta realizada a 400 alumnos de la Universidad de Granada y Jaén sobre su experiencia como escolares, ésta señala que la mayor parte de las lesiones se debieron a accidentes fortuitos, "aunque también se deduce una implicación negligente del profesorado en gran parte de las lesiones", reconocen los investigadores. El nivel de desperfecto de los espacios y equipamientos (porterías no ancladas, alambres salientes, espalderas en mal estado...) y la imprudencia y osadía del alumnado fue otro factor potencial de riesgo. "Todas estas circunstancias incrementan la posibilidad de sufrir una lesión y aunque la mayor parte de ellas son de importancia menor no podemos olvidar que también hemos vivido más de un episodio de muerte", lamenta Latorre, quien recuerda que la práctica físico-deportiva supone en sí misma una actividad arriesgada.

En cuanto a las lesiones más frecuentes en las clases de Educación Física destacan los esguinces y aquéllas producidas en la piel como consecuencia de las caídas. "En menor número se encuentran las luxaciones y fracturas junto a otros traumatismos abdominales e incluso lesiones oculares", añade Latorre.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Esta investigación se completa con otra línea de investigación sobre el análisis ergonómico y psicosocial del puesto de trabajo del docente de Educación Física. En este sentido Latorre advierte de los riesgos laborales específicos de este profesorado ya que su actividad se realiza en muchos casos a la intemperie. Además se ven sometidos a una serie de cargas físicas, estáticas y dinámicas al permanecer la mayor parte del tiempo de docencia en pie, transportando material pesado (vallas, potros, colchonetas, canastas...) y realizando los ejercicios de demostración a sus alumnos. Por otro lado, la percepción del escaso reconocimiento social y académico de su área curricular provoca en el docente de Educación Física una mayor predisposición al síndrome de Burnout, como consecuencia de su insatisfacción laboral, concluye Latorre.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_