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La reforma del Estatuto arranca con acuerdos sobre símbolos y diferencias sobre financiación

El PP pretende acelerar el pacto y el PSPV plantea numerosas alteraciones del texto

El calendario de trabajos de la comisión de reforma del Estatuto de Autonomía empieza a correr hoy. Los dos partidos mayoritarios en las Cortes Valencianas, PP y PSPV, abordan el tercer intento de reforma con acuerdos genéricos sobre la definición formal de los símbolos y la lengua. Pero discrepan sobre la posibilidad de incorporar al texto asuntos relativos a la financiación autonómica o nuevas competencias. La paralela reforma del Estatuto de Autonomía que afronta el Parlament de Catalunya planea sobre las negociaciones en las Cortes Valencianas.

Serafín Castellano, portavoz del PP, el grupo mayoritario en las Cortes Valencianas, asegura que "hay acuerdo" con los socialistas para evitar modificar el Preámbulo y el Título I del Estatuto, los capítulos que regulan cuestiones simbólicas relativas a la senyera, por ejemplo, o la cooficialidad de lengua valenciana.

Toni Such, portavoz del PSPV, confirma el acuerdo con el PP en el seno de las Cortes, pero duda de las intenciones del Consell a partir del anuncio de una posible ley sobre la identidad valenciana formulada por su portavoz, Esteban González Pons.

Such también apunta que los socialistas manejan una propuesta de reforma "de mínimos" elaborada por el Consell, pero nunca ha recibido un escrito similar avalado por el Grupo del PP. Castellano confirma que el PP evitará redactar su propuesta para agilizar el pacto.

Los acuerdos entre los dos grandes partidos se extienden a la necesidad de recoger en la ley básica del autogobierno la potestad del presidente para decretar la disolución anticipada de las Cortes y la paralela capacidad para convocar elecciones autonómicas; a la regulación de una fórmula para canalizar la representación de los intereses de la Comunidad Valenciana ante la Unión Europea; a la incorporación con plena vigencia del Derecho Foral Valenciano, de carácter esencialmente civil; o a la posibilidad de constituir un cuerpo de policía autonómico.

El capítulo de acuerdos es amplio y soporta la voluntariosa declaración del presidente de la Generalitat, el sábado pasado, sobre la cercanía del acuerdo. Un pacto previsto, sobre el calendario, para el 25 de abril.

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Pero las diferencias son sustanciales, como subrayó el lunes pasado el secretario general del PSPV, quien atribuye al calendario un carácter "orientativo".

Such, portavoz del PSPV en la comisión de reforma, recordó ayer que los socialistas reclaman la descentralización de la Agencia Estatal Tributaria; la condición de última instancia judicial para el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana; o la posibilidad de convocar un referéndum para que los valencianos tengan la última palabra sobre la reforma pactada por los grupos parlamentarios.

El PP alude genéricamente a la "voluntad política" para acelerar el acuerdo, pero el partido se opone a considerar los tres puntos anteriores a tenor de las declaraciones de sus dirigentes durante la campaña electoral de las últimas elecciones generales.

Pero el punto más polémico parece ser la posibilidad de incorporar al Estatuto aspectos relativos a la financiación autonómica. "No podemos quedarnos por debajo de Cataluña", explica el portavoz socialista, que sugiere introducir en el texto una fórmula de financiación vinculada al pago por renta o a la población efectiva de la Comunidad Valenciana. También plantea exigir plenas competencias sobre los impuestos cedidos, una posibilidad que baraja también el Gobierno central.

Los socialistas también pretenden incorporar al Estatuto las plenas competencias de la Generalitat en materia de puertos, aeropuertos, trenes de cercanías o costas, entre otras. Una posibilidad que el PP ha eludido hasta la fecha. Such, finalmente, sentencia que el PSPV no aceptará una reforma de mínimos.

Joan Ribó, portavoz de Esquerra Unida, tercera fuerza política con representación en las Cortes Valencianas, asume su complicada posición minoritaria. Los votos de Esquerra Unida no son relevantes para aprobar la reforma y las diferencias se agudiza. Ribó, por ejemplo, plantea revisar todos los aspectos simbólicos que recoge el Estatuto porque considera "una cesión a la derecha" mantener su redacción actual, pactada en un momento de gran agitación social en torno a la bandera o la lengua. El portavoz de Esquerra Unida propone incorporar al Estatuto el preámbulo de la ley de creación de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, que identifica la lengua con el sistema lingüístico común de la Corona de Aragón.

Ribó coincide con el PSPV en la necesidad de citar la financiación autonómica en el nuevo texto y sugiere incorporar derechos sociales y laborales que exceden las pretensiones de los grandes partidos.

Francisco Camps y Joan Ignasi Pla, en un reciente pleno de las Cortes Valencianas.
Francisco Camps y Joan Ignasi Pla, en un reciente pleno de las Cortes Valencianas.CARLES FRANCESC

El calendario y el modelo

"Tenemos la posibilidad de ser los primeros en llegar a un acuerdo sobre la reforma del Estatuto", señala Serafín Castellano, portavoz del PP, mientras se negocian reformas paralelas en Cataluña o Andalucía.

Pero ni Antoni Such ni Joan Ribó, portavoces del PSPV y Esquerra Unida, consideran meritoria esa premura. Ambos atisban otros intereses en el calendario pactado para cerrar la reforma del Estatuto.

"Las prisas responden a una estrategia global de Mariano Rajoy", sostiene Such, quien sugiere que el PP pretende cerrar la negociación con mínimas modificaciones sobre la actual redacción del Estatuto para presentar la reforma pactada en la Comunidad Valenciana como tope asumible de cualquier otra revisión de las leyes autonómicas de autogobierno.

Ribó también sostiene, por su parte, que el PP quiere acelerar la reforma "para llegar antes que los catalanes y evitar posibles contaminaciones". El portavoz de Esquerra Unida señala, además, que el Parlamento Andaluz ya ha superado la fase de comparecencias que las Cortes Valencianas abren hoy sin que nadie haya planteado una fecha para finalizar la reforma.

Los dos portavoces de la oposición parlamentaria recuerdan, además, que la posición del PP en el Parlament de Catalunya es irrelevante para pactar allí la reforma.

Las dos tentativas de reforma del Estatuto planteadas en las dos anteriores legislaturas tropezaron con la oposición de las organizaciones estatales del PP y el PSOE. Nadie quería azuzar el debate autonómico para adormecer las reivindicaciones nacionalistas de los vascos.

En esta ocasión, cuando el debate sobre el modelo territorial está más vivo que nunca, las prisas en la Comunidad Valenciana parecen encaminadas a congelar el alcance de las reformas en otras autonomías.

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