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EL INGRESO DE TURQUÍA

La UE se reserva la potestad de limitar ciertos derechos a Turquía tras su ingreso

La Unión impondrá una vigilancia a Ankara permanente antes y después de la integración

Carlos Yárnoz

Turquía será sometida a más pruebas que ningún otro candidato a la hora de entrar en la UE, que le impondrá una vigilancia permanente antes de la adhesión e incluso después. La Comisión aconsejará mañana a los líderes europeos que en 2005 abran las negociaciones de adhesión con Ankara, pero que adviertan que el inicio de las conversaciones no supondrá necesariamente la vía sin retorno hacia el club. Habrá una evaluación y un control capítulo a capítulo y, si surgen problemas graves, las negociaciones quedarán rotas. La UE se reserva el derecho a no aplicar alguno de sus principios básicos a Turquía.

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El documento que la Comisión difundirá mañana era discutido anoche en una reunión de jefes de gabinete de los comisarios. Personas conocedoras de su contenido señalaron que el documento también se refiere a cláusulas de salvaguardia, periodos transitorios o restricciones especiales que podrían aplicarse frente a Turquía antes o después de la adhesión. La Comisión difundirá mañana tres informes: uno sobre los progresos logrados por Turquía en el camino de la adhesión, un segundo titulado Estudio de Impacto y un tercero con la recomendación específica del Ejecutivo comunitario a los jefes de Estado y de Gobierno que el 17 de diciembre tendrán la última palabra.

Basada en los dos primeros documentos, difundidos por este periódico el viernes pasado, en la recomendación se asegura que Ankara cumple ya los requisitos políticos exigidos para poder iniciar las negociaciones, según confirmaron ayer las mismas fuentes. Esos criterios, pactados en la UE en 1993, son: instituciones estables garantes de la democracia, primacía del derecho, derechos humanos y respeto de las minorías.

Parte del contenido global de la recomendación de la Comisión ya fue avanzada en parte ayer por el actual comisario de Empresa y de la Sociedad de la Información, el finlandés Olli Rehn, que el próximo 1 de noviembre tomará posesión de la cartera de Ampliación. Rehn dijo ante el Parlamento Europeo que Turquía ha conseguido "tremendos éxitos" en sus reformas y que por eso el Ejecutivo comunitario está a favor de iniciar las negociaciones, pero que, pese a todo, serán necesarios "sólidos mecanismos de control para evaluar los compromisos de Turquía con los derechos humanos, derechos de las minorías y democracia".

"Eso debe figurar en la recomendación que haga la Comisión Europea", dijo el comisario. Se refirió también Rehn en concreto a las limitaciones a la libertad de movimiento de trabajadores y comentó: "Tendremos que contemplar periodos transitorios y una cláusula de salvaguardia".

En este caso, el comisario se refería a una cláusula que prevé la suspensión del derecho a la libre circulación y establecimiento de los trabajadores de la UE, un principio básico de la Unión. En el caso de Turquía, y para evitar "alteraciones graves" o "dificultades extremas" derivadas de las temidas avalanchas migratorias, la Unión podrá dejar en suspenso ese principio básico, opina el Ejecutivo comunitario. Hasta ahora, a los nuevos socios se les han impuesto periodos transitorios que, en la práctica, jamás han superado los siete años, pero nunca han tenido sobre ellos la espada de Damocles de esa suspensión sin límite temporal.

La afirmación de que Ankara cumple los requisitos políticos está basada en las grandes reformas legales efectuadas en Turquía en los últimos años. Pero el primer informe de la Comisión señala numerosas lagunas a la hora de llevar a la práctica tales reformas: centenares de casos de torturas, crímenes de honor, encarcelados por delitos de opinión, dificultades para la vuelta de refugiados kurdos a sus hogares... Son carencias que también fueron puestas de relieve ayer por Human Rights Watch en su último informe sobre Turquía.

Por eso, el Ejecutivo comunitario propone ahora que no se cierre ningún capítulo negociador hasta comprobar sobre el terreno que las nuevas leyes se cumplen. Bruselas aconseja incluso que se haga una gran evaluación general a los cinco años de iniciarse las negociaciones, una hipótesis que, al cierre de esta edición, aún se desconocía si sería incorporada o no al documento de la Comisión.

"No será una decisión fácil", comentó ayer el futuro comisario de la Ampliación. "Es una cuestión que divide a la opinión pública europea", pero "debemos seguir ofreciendo a Turquía la oportunidad de una integración europea para potenciar sus reformas legales, políticas y económicas".

Para el político finlandés, es en "el contenido" y "no en el calendario" en el que deberán basarse las negociaciones con Turquía, y por eso insinuó que, en su opinión, la apertura de conversaciones sólo puede tener como fin del camino la entrada de los turcos en el club. "Si se abren negociaciones y cumple los criterios, tenemos la obligación de asumirlo como miembro. Es ésta una comunidad de compromisos, que cumple su palabra".

Mujeres turcas visitan la Nueva Mezquita en Estambul, el pasado 27 de septiembre.
Mujeres turcas visitan la Nueva Mezquita en Estambul, el pasado 27 de septiembre.AP

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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