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Reportaje:

"La 'Demencia' no debe pitarme"

El baloncestista Felipe Reyes matiza que está en el Madrid porque Estudiantes lo puso en venta

"Parezco un futbolista". Amedrentado por tantas cámaras, Felipe Reyes, la gran adquisición del Real Madrid de baloncesto para el curso 2004-05, fue presentado oficialmente ayer, tres días después de que se anunciara su fichaje, en el estadio Bernabéu. El club blanco quería interferir lo menos posible en su concentración con la selección española previa a los Juegos Olímpicos.

El pívot, de 2,03 metros de estatura, una de las joyas nacidas y crecidas bajo el protector manto de Estudiantes -este club cobrará 1,5 millones de euros por su traspaso-, se va al gran rival de los colegiales por 4,5 millones: 900.000 euros por cada una de las cinco temporadas firmadas con el madridista, que tiene opción a retenerlo una más. "Espero que sean seis. Voy a darlo todo en todos los partidos. Voy a dejarme la piel para no defraudar a nadie", afirmó el tímido jugador, de 24 años, que no tuvo reparos en reconocer que su nueva etapa en el Madrid es "un sueño cumplido".

El que fuera hasta hace unos días símbolo de Estudiantes insistió en aclarar que su cambio de equipo se ha debido no a una intromisión de la entidad que preside Florentino Pérez, sino a que su ya ex club, con el que tenía contrato en vigor, lo puso en el mercado por sus necesidades económicas.

"He cumplido un ciclo importante. Dejo muchos amigos y grandes compañeros. Me da pena, pero Estudiantes ha creido conveniente que no siga", declaró Reyes, apostillando las declaraciones que minutos antes había realizado Lolo Sainz, el director de la sección de baloncesto del Madrid. "Ellos lo pusieron como transferible. No fuimos a por el jugador, sino que aprovechamos para contratarle", matizó Sainz.

Mucha cautela con el fin de envolver una dura realidad para los seguidores del cuadro estudiantil: su gran estrella, después de seis campañas en la primera línea, se vestirá a partir de ahora de blanco con el número 14 en su camiseta. Ese mismo camino lo sigueron antes, por ejemplo, Fernando Martín, José Miguel Antúnez o Alberto Herreros, este último, sin duda, el caso más doloroso de todos. Entonces, 1996, el Madrid y Estudiantes se enzarzaron en una pelea administrativa por el fichaje del alero.

Precisamente, Herreros coincidirá al menos un curso con Reyes después de haber llegado a un acuerdo para renovar su contrato por uno más. Tendrá, pues, ocasión de contarle la tortura a la que le sometió la Demencia, la afición colegial, en su primer primer partido con el Madrid ante Estudiantes, el que abrió el campeonato de 1996-97.

Ocho años después la historia se repite. Los dos clubes se verán las caras el 2 de octubre en la primera jornada de la Liga. "La Demencia no debe pitarme. En seis años lo he dado todo", explicó Reyes, quien, según Sainz, "no será el último fichaje del Madrid. "Él va a ser un reactivo para el equipo. Pero, si encontramos un alero alto, que ayude en la defensa y rebotee bien, aunque no sea un gran anotador, trataremos de cogerlo", aclaró.

El pívot de origen cordobés, hermano pequeño de Alfonso, otro ex del Madrid -ahora en el Breogán de Lugo-, es la cuarta contratación del nuevo conjunto del técnico serbio Bozidar Maljkovic para la próxima temporada. Le precedieron el base Sonko, el escolta Bullock y el alero Gélebale. "Maljkovic es uno de los mejores de Europa. Lo ha demostrado durante años y desde que mi hermano jugó con él en el Racing de París he querido estar a sus órdenes", concluyó Reyes.

Lolo Sainz saluda a Reyes en la presentación del jugador.
Lolo Sainz saluda a Reyes en la presentación del jugador.BERNARDO PÉREZ

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