Un hombre mata a su mujer en un pueblo de Barcelona 10 días después de separarse

Manoli M. C., a sus 46 años, había decidido dar un giro a su vida. Después de años de peleas y de ser el sostén económico de su marido, cerró el grifo, recogió sus cosas y se fue a vivir con su madre a finales de junio pasado. Diez días después Antonio L., su marido, la esperó en la calle y acabó con su vida con un cuchillo . Fue el martes por la noche en la localidad barcelonesa de Hostalets de Balenyà, cerca de Vic. Con ésta son cuatro las mujeres que han perdido la vida a manos de sus parejas o ex parejas en los primeros seis días de julio, y 37 desde enero.

Antonio L., de 49 años y vecino de Hostalets de Balenyà, mató su mujer en el aparcamiento de una discoteca de la localidad. Los hechos ocurrieron el martes alrededor de las diez de la noche. Manoli volvía a casa después de tomar clases de conducción en un pueblo cercano. Al pasar por delante de la discoteca, su marido le salió al paso y tras una pelea le asestó varias puñaladas. Los vecinos, alertados por los gritos, avisaron a la policía. Cuando llegaron los agentes, la mujer yacía en el suelo gravemente herida. Pese a las atenciones médicas que se le dispensaron, no se pudo hacer nada para salvarle la vida.

El agresor continuaba en el lugar de los hechos. Con el cuchillo aún en su poder intentó lesionarse y se pinchó varias veces en el abdomen y el tórax. Amenazaba a los agentes de los Mossos d'Esquadra y de la Policía Local con suicidarse o herirlos a ellos. En un momento de despiste, los agentes lo redujeron. En el forcejeo, un agente de la policía autonómica resultó herido leve en una mano. Antonio L. fue ingresado en el Hospital General de Vic y ayer por la tarde fue trasladado a la comisaría de los Mossos, donde prestó declaración. Está previsto que el detenido pase a disposición judicial hoy mismo o mañana. Antonio L. está pendiente de juicio por agredir sexualmente a la sobrina de la víctima hace nueve años.

Relación deteriorada

El homicidio ha causado una gran conmoción en Hostalets de Balenyà, una localidad de poco más de 3.200 habitantes donde la pareja era muy conocida. Según los vecinos, la relación de Manoli y Antonio era difícil. No hay antecedentes judiciales de malos tratos, aunque sí de numerosas peleas y de separaciones temporales. "Ella era muy trabajadora y él un vividor", explica un vecino.

Su relación se había deteriorado en los últimos tiempos a causa del empleo que ella había encontrado en una residencia de ancianos en la cercana localidad de Tona. Manoli había decidido sacarse el carné de conducir y, según una vecina, invertir en la autoescuela el dinero que ganaba y dejar de dárselo a su marido. La situación de la pareja se hizo tan insostenible que Manoli decidió abandonar el domicilio conyugal e irse a vivir con su madre.

Fuentes cercanas a la víctima explican que esta vez la separación iba en serio y que el agresor, al darse cuenta, se enfureció. Hace dos domingos, un vecino se encontró con Antonio, también conocido como El Pinocho, en un bar y, al preguntarle cómo estaba, éste le contestó: "Muy mal, me voy a cargar a alguien". El testigo, que quiere mantenerse en el anonimato, explica que durante la conversación, en la que intentó calmar un poco al ahora detenido, éste insistía en que iba a matar a alguien y al final dijo que mataría a su mujer.

El Ayuntamiento de Hostalets de Balenyà se reunió ayer por la tarde de forma extraordinaria para aprobar una moción de condena del suceso, de rechazo de la violencia doméstica y de respaldo a las familias de la víctima y del agresor.

El servicio telefónico del Instituto Catalán de la Mujer, organismo dependiente de la Generalitat, ha recibido en el primer semestre de este año 4.650 llamadas, el 51% más respecto al mismo periodo del año anterior. La presidenta del instituto, Marta Selva, considera que estos datos significan que "las mujeres se informan más y denuncian más, y más regularmente, porque poco a poco son mejores los recursos que hay para garantizarles la atención".