Afanes expropiatorios
Empieza a ser preocupante el afán del alcalde de Madrid por expropiar viviendas, conventos o palacios, amén de cambiar el reglamento de la Comisión Institucional para la Protección del Patrimonio Histórico, Artístico y Natural "por otro menos rígido", vamos, por otro que sea casi todo vale.
Ya lo intentó con esa perita en dulce que es esa colonia de pequeños chalés que hay justo detrás del parque del Retiro; están casi escondidos y, con el cuento de que quería mejorarlos, pretendía hacer viviendas de tres alturas, una excusa muy burda para empezar a meter mano en las pequeñas colonias de chalés que hay en el centro de Madrid. Sería un magnífico pelotazo. Los propietarios le llamaron al orden y parece que no pasará nada, ya veremos.
Ahora le toca a los conventos, sin tener en cuenta el comentario que le hace Don Quijote a Sancho Panza: "Con la Iglesia hemos topado, Sancho". Él no sólo quiere topar con ella, sino expropiarla de parte de sus bienes terrenales; pero las órdenes religiosas no van a dejar que se las quiten tan fácilmente, y si consigue expropiar algún convento será pagando bastante más de su valor; eso si no recurren al arzobispo de Madrid y éste le amenaza con la excomunión si osa tocar uno sólo de los bienes de cualquier orden religiosa católica. Será digno de ver.
Yo conozco un poco el convento de las Comendadoras: tienen un guardería y es un hermoso edificio; será una pena destruir su interior con la excusa de hacer viviendas para jóvenes. Además hay otro problema: cada joven que vaya a vivir a una de las conejeras en que pretenden convertir palacios y conventos llevará su coche, ¿dónde lo dejarán? ¿Hundirán palacios y conventos para hacerlos de nuevo con tres plantas de sótano como garaje? Y cuando quieran circular con él por las ya colapsadas calles del centro de Madrid será algo inenarrable, propio de una película de terror. Y los índices de contaminación ambiental, ya de por sí altos, serán más peligrosos que fumar un paquete de cigarrillos al día. Entonces huirán al extrarradio y la almendra de Madrid volverá a quedarse vacía. Ésa no es la solución al problema. ¿Por qué no expropia los miles de pisos que hay vacíos? Hay edificios de reciente construcción con cuatro o cinco inquilinos solamente; otros se pueden rehabilitar y acondicionar. Hay una enorme casa frente a la estación de Atocha que debe estar casi vacía, si no lo está, y como ésa habrá otras muchas. Deje en paz conventos y palacios y busque otras soluciones.
Si sigue optando por las expropiaciones e hizo oídos sordos y puso cara de póquer cuando arrasó la casa de Velázquez para construir el túnel de la calle Bailén, nadie estará tranquilo en su propia casa, y como es natural los expropiados no se van a quedar quietos: va a haber más pleitos que en Marbella y con los mismo resultados económicos.
Mire lo que hacen en Barcelona, lo que van a hacer en Sevilla. Son alcaldes que aman sus ciudades, las miman y las cuidan, y la imagen que proyectan en el exterior es de ciudades modernas y bonitas. ¿Sabe que muchos extranjeros creen que Barcelona es la capital del Reino de España?
Si los madrileños somos muy fáciles de contentar: sólo queremos una ciudad tranquila, limpia, sin obras y que no sea peligroso andar por sus calles a cualquier hora del día o de la noche. Se lo ponemos muy facilito, no nos complique la vida con obras y proyectos costosos y de difícil ejecución. Las viviendas son necesarias para todo el mundo, jóvenes y mayores, nacionales y emigrantes. Empiece por hacer viviendas sociales; por ejemplo, en todos esos terrenos del consorcio de autobuses o del metro. ¿Ve como hay por donde empezar, sin necesidad de expropiaciones? Que los bancos den créditos blandos para que los jóvenes puedan comprar y rehabilitar todos esos pisos que se van quedando vacíos en la almendra de Madrid. Hay otras soluciones al problema de la vivienda.
